[ 01 ]

180 36 13
                                    

Era el día siguiente y Sparta logró llegar temprano, quizá demasiado ya que estaba sólo, así que simplemente decidió sentarse por ahí a esperar que alguien más llegue. Minutos después llegó Raptor, feliz porque esta vez su alarma no falló, todo un milagro.

Sparta se encontraba sentado a lado de una ventana al final del todo, en el último lugar de esa fila. Al verlo Raptor decidió acercarse, cualquiera que llega temprano ama sentarse adelante según él, ¿por qué Sparta se iría hasta atrás? No tenía mucho sentido, y como decidieron empezar una amistad hace poco solo se lo preguntó antes de suponer algo equivocado.

— ¡Hola! Veo que esta vez llegaste muy temprano ¿cómo va todo? ¿por qué estás sentado hasta acá atrás? ¿puedo sentarme contigo?

— Hola, Raptor. Bueno... n-no sé qué responder, estoy aquí atrás porque supuse que todos los demás asientos ya fueron ocupados y sí, puedes sentarte conmigo.

— ¿Los asientos tomados el primer día se mantienen? Vaya, no lo sabía, apenas hace un mes que llegué a este lugar. Oh, y gracias por dejar que me siente contigo.

— Eh, no hay de qué y... la verdad no tengo ni la menor idea, yo llegué a este lugar hace dos semanas así que supongo imaginarás mi desconocimiento sobre muchas cosas.

— Creo que si, pero bueno, cambio de tema. ¿De qué hablamos? ¿Aliens? Me parece buena la idea hablar ahora, aún falta un poco para que lleguen los demás.

— Si... ¿qué hora es?

— No tengo ni la menor idea, y tampoco me importa

Sparta río. Para él, Raptor era de esas personas que son graciosas de nacimiento, dicen o hacen cosas que son divertidas, a veces con intención y otras no.

— No te rías de mí porque lloro.

— Prefiero reírme contigo que de ti, tómalo con gracia, no sé socializar.

— Ya somos dos, aunque ayer logré hablar contigo.

— Me alegra eso, y lo mismo fue de mi parte. Aunque hoy quiero intentar hablar con más gente.

— ¿Y si mejor solo somos los dos? Ya sabes, sentarnos aquí juntos, salir al receso... esas cosas.

— Vale, en lugar de socializar me quedaré solo contigo el resto del año.

— Gracias.

— No hay de qué, señor asocial.

— ¿Q-qué? No no no, no es eso, me gusta hablar con personas.

— Y yo soy un pingüino que vuela.

— ¿Por qué no vuelan si tienen alas?

— No me preguntes a mí.

— ¿Entonces a quién le pre-

¡Buenos díaaaas Raptor! ¿Cómo estás? Esta vez si llegaste a clase..

La conversación fue interrumpida por alguien, Miguel para ser más precisos, un amigo de Raptor.

— ¡Buenaaas! Estoy bien, ¿y tú?

— Un poco mal, aunque me alegro de que estés bien... ¡No sabes de lo que te perdiste! Ayer después del colegio hablé con...

Sparta
Bla, bla, bla, literalmente empezó a contar su vida y ya, nada muy interesante, me importaría más si tan solo me hubiera saludado. ¿A simple vista caigo tan mal que no dan ganas de hablarme? Admito no tener el mejor aspecto, pero un simple "Hola" se siente mejor que ser ignorado.

Por un momento pensé que se quedarían hablando para siempre, era tan cansador escuchar a todos hablar y nunca ser parte de la conversación, tanto que estuve a punto de cambiarme de asiento para que Ari se quede con su amigo. Entonces su amigo se presentó como Miguel, se disculpó por interrumpir mi conversación con Ari y se fue. Otra vez, juzgué a alguien sin conocerlo... aunque tenía mis motivos.

"Tiiiin"

Por fin se escuchó aquella campana que daba inicio a las clases, todos fueron a sentarse, el maestro llegó, saludaron y se dio inicio a la tortura, más conocida como clase.

A medio de esta Raptor se aburrió, definitivamente odiaba pasar Historia, volteó su mirada a Sparta y este se encontraba dibujando en su libreta, nada relacionado a la clase. Raptor se asomó un poco para ver lo que dibujaba, a simple vista se veía que era un gatito jugando con una bola de estambre, el dibujo le iba quedando bastante bien, aunque luego notó que escribió algo... "Deja de andar de metiche", y entonces apartó la vista hacia el pizarrón. Sin embargo; le dio curiosidad y volteó la mirada nuevamente, aunque esta vez Sparta también lo hizo. Ambos se miraron a los ojos y después de una cara rara que hizo Raptor empezaron a reír a carcajadas.

— Esos dos de atrás, ¿qué se les hace tan divertido en mi clase?

Todo parecía divertido hasta esas simples palabras del profesor, "esos dos de atrás" quedaron como si hubieran visto un fantasma, la cara les cambió a una de susto y quedaron callados. Sus compañeros voltearon, los estaban mirando, algunos susurraban cosas y otros tenían cara de aguantar una risa.

Sparta
Sentí sus miradas sobre mí. Mi cara estaba roja, empecé a sudar, quería llorar y salir corriendo. Solo fueron unos segundos de miradas extrañas y aún así, se sintió como una eternidad. ¿Qué debería hacer? Tenía miedo, sólo sabía eso... hasta que vi borroso y sentí las lágrimas caer. Definitivamente era un mal día, no sólo lograba que todos me juzgaran por reír, también estaba llorando frente a ellos.

En algún momento empecé a sentir que no respiraba, estaba seguro de que mi nariz seguía ahí, solo que el aire no entraba ni salía, eso sólo me asustó más. Dejé de ver al frente para distraerme, entonces me di cuenta de que mi cuaderno y mis lapiceros no estaban, tampoco los de Raptor. Lo miré, me sonrió mientras tomaba mi mano y lo siguiente que supe fue que ya no estaba en esa espantosa clase de historia.

En serio, no sé cómo salí de ahí, pero ahora estaba corriendo por los pasillos sujetando la mano de un casi extraño que seguía sonriendo con un brillo casi único en sus ojos, uno que reflejaba algo más. Sé que él no estaba feliz y tampoco se burlaba, no sé lo que estaba pensando, pero sonreía para mí de una forma muy especial, una que me dejó encantado desde el primer momento en que lo vi.







(Olvidé que esto estaba publicado, lo siento)
Besitos en sus nalgas preciosas

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 26 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Paradise in your eyes || [Spartor] ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora