Marry Me | Minimo

Parte Única

En ese momento... recordé todo, recordé como es que todo había pasado...

****

—¡Jungmo!.—la voz de un pequeño niño, hizo que el mencionado dejara lo que estaba haciendo—¡hyung!.—miró a aquél niño, con una cara nada agradable.

—Mini, ¿Qué es lo que quieres?.—preguntó el mayor con cansancio, esperando a que el menor le respondiera.

—Bueno, yo...—comenzó a hablar y a jugar con sus manitos, nervioso.—sabes que hay un puesto en la feria donde las personas pueden casarse, ¿verdad?

—Lo sé, pero te dije que esas bodas no son reales.—respondió—¿Cuál es el punto?

—Lo sé, pero de igual forma quiero intentarlo...—Jungmo arqueó una ceja, curioso—Hyung ¿Se casaría conmigo?

El mayor simplemente rodó los ojos y cerró el libro que leía, para finalmente levantarse de su asiento y responder:

—No.

Se alejó de donde el menor se encontraba, dejando al mismo con una cara en la que reflejaba tristeza y decepción.

—Algún día... Algún día lograré que digas que sí...—se animó a si mismo mientras veía al chico alejarse.

Finalmente, Minhee dio media vuelta sobre sus talones y se alejo corriendo a quién sabe donde. Jungmo se volteo y le miro, sonriendo tiernamente.

—Tan pequeño y tonto...—soltó.—pero tan tierno e inocente.—habló con ternura y se dirigió a otro lado para continuar con su lectura.

****

Lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, caían por mis mejillas cual cascada...

****

—¡Hyung! —un Minhee, cuatro años después de la última vez que le pidió matrimonio falso a Jungmo, llegó corriendo.

—¿Qué sucede?...—preguntó el mayor, poniendo atención al chico que trataba de controlar su respiración.

—Yo... Bueno... Hay...—dijo el chico entre jadeos.

—Primero respira y después me dices ¿sí?

—Ya ya, lo lamento, Hyung.—habló ya más tranquilo, mientras Jungmo le miraba esperando a que el menor hablara.—Bueno, hay un puesto de bodas falsas.

—Mini, ya sabes la respuesta...—respondió, cansado.

—Lo sé, pero ambos sabemos que eso es falso...

—Entonces, si sabes que es falso ¿Por qué sigues insistiendo?.—preguntó el chico.

—Sólo... Sólo quiero intentarlo, vamos Hyung...—trataba de convencer al mayor, aunque sus intentos eran inútiles.

—Lo siento Minhee, pero no.—se alejó nuevamente, como la última vez, dejando al chico atrás.

—Jungmo, quiero que sepas que no me cansaré de intentarlo... Te casaras conmigo, te lo prometo...—dijo el castaño para si mismo.

****

¿Quién lo diría? ¿Quién diría que este día llegaría?...

****

—¡Hyung! —y nuevamente estaban en el mismo escenario, sólo que cuatro años más tarde— adivina qué.—hablaba el chico con cierta emoción.