(Narrador). Era todo lo que podía hacer, estaba en apuros y no encontraba una salida a mi angustia, la misma que provocó la salida de mi casa a toda prisa...
Ahora era yo quien decidía abandonarlo, no le agradó para nada la idea, estaba gritándome pero yo ya no podía volver atrás, me costó mucho trabajo dejarlo. Era algo que tenía poder sobre ella y la había controlado mucho tiempo, pero ya no pensaba seguir permitiéndolo.
Sentía que la vida se le iba de las manos, estaba cansada de constantemente sentirse a medias y que podía haber hecho las cosas diferente. El hubiera no existe, pero se la pasaba pensándolo. Tenía muchos sueños y aspiraciones que ansiosamente deseaba vivir y le causaba conflicto que muchos de ellos eran el día a día de unos cuantos a su alrededor, para ellos era tan fácil y cotidiano hacerlo. Ella misma era su propio soporte, su propio hombro para llorar y la voz en su cabeza su mejor consejera. Aunque sentía que le faltaba una gran parte de sí, no se sentía triste diario, ni siquiera seguido de hecho. Pero en los días malos, sentía una fuerte presión en el pecho y las lágrimas simplemente salían de sus ojos sin si quiera preguntarle si genuinamente le ayudarían o sólo provocarían que su dolor se intensificara...
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DESPUÉS DE TODA ESTA TEMPESTAD...
Teen FictionInicia una historia con la siguiente frase: Era todo lo que podía hacer, estaba en apuros y no encontraba una salida a mi angustia, la misma que provocó la salida de mi casa a toda prisa...