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La rutina tan monótona de mi día a día era algo que para muchos puede ser una carga, los medios siempre estaban detrás de mi familia y eso orillo a que mi imagen ante todos tenía que ser bastante limitada. Las palabras "Eso no es de señoritas Jin-Ae" " porque eres mujer no puedes hacerlo" siempre estaban en mi cabeza atormentándome, si buscar la aceptación de nuestros padres es difícil para mi es el doble por tener que tener una máscara que nunca deja reflejar lo que realmente quiero o siento.
Podría decir que gracias a las residencias estudiantiles podía liberar todo el peso que conlleva tener el apellido Min, de lunes a viernes era algo que por inercia ya tenía organizado. Algunas veces papá me tenía que llevar a casa y yo como la buena hija que soy jamás le negaba algo.
Me encontraba por subir al elevador hasta que una mano se interpuso en mi camino para frenar mis planes.
— Buenos días Jin-Ae, ¿vamos juntas? — me preguntó Na-yeon, afirme con mi cabeza para seguir con nuestro camino
— Debemos apurarnos o llegaremos tarde y odio llegar tarde
Era algo habitual que llegáramos juntas a clases, Na-yeon fue de la únicas personas que ya conocía al entrar al instituto, se podría decir que somos amigas aunque no tan intimas como nuestros padres lo piensan.
La fuente que rodeaba las residencias siempre era un lugar tranquilo, personas paseando a sus perros, comiendo aperitivos e incluso parejas que querían pasar un buen momento juntos.
Mi amor por los perros es tan grande que no dude en acercarme al pequeño perro que paseaba con su dueña.
— Hola pequeño~ — con mi mano comencé a acariciar por detrás de sus orejas mientras el movía su cola alegre — Hasta luego Haneul — me despedí de su dueña mientras arreglaba mi falda y le brindaba una reverencia
— ¡Jin-Ae! Puedes creer que Namra no acepto venir con nosotras — y si, la insistencia de Nayeon por integrarnos con Namra era bastante molesta, la castaña nunca se tomaba un no como respuesta y eso era lo que la presidenta decía "No"
— Si dejarás de ser insistente las cosas podrían fluir de manera natural — le dije, pero como respuesta sólo recibí una afirmación con su cabeza
Na-yeon solía ser alguien de pocas palabras o bueno eso es lo que ella quería aparentar, su educación fue bastante estricta desde que era pequeña y ella era el reflejo de sus padres; personas clasistas que sólo tienen como prioridad el dinero. Aunque... verdaderamente el dinero es lo más importante
— ¡ Oigan mocosos! ¡Se muy bien dónde viven! — el fuerte ruido de unas risas y gritos me tomaron por sorpresa
Y realmente no era sorpresa para mi ver a todos los residentes de los apartamentos de alquiler pasando a nuestra zona y haciendo todo un escandalo. Sin duda ese guardia merece un aumento porque debe ser tan desgastante tener que correr por simples minorías sin educación.
