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Las luces claras de la mañana comenzaban a filtrarse por pequeños espacios en las cortinas, dando justamente en el perfecto rostro de Han Jisung.
Jisung frunció el ceño, incómodo por el repentino cambio de claridad. Sin embargo, solo prosiguió a colocar sugestivamente la almohada sobre sus ojos cerrados. Suspirando con alivio al encontrar comodidad.
Pero del otro lado de la cama era otra historia, Minho estaba despierto, y no tenía ganas de seguir durmiendo.
El chico de cabellos negros no acostumbraba a ser hiperactivo, pero, está mañana para él fue especial. Y su emoción no podía evitar salir a flote.
Tras el último beso, Jisung se quejó -Quiero dormir más-decía, mientras envolvía la cintura desnuda de Minho. El menor se estremeció por el tacto en una de sus zonas sensibles, y como un bonus, la voz profunda de Han.
-Hanji -susurro sobre la almohada - ya es de mañana. Salió el sol -pronunciaba, mientras de a poco despejaba el material suave del rostro matutino de su precioso novio. Dejo unos besitos; sobre su nariz, mejillas, párpados y uno pequeñito sobre sus labios.
Lee miró a su novio unos minutos, sonriendo feliz de estar a su lado. Sin muchos problemas, ni preocupación de algún regaño, comenzó a rodar por el colchón hasta estar completamente sobre el cuerpo de Jisung.
Minho giro su cabeza hacia Jisung, consiguiendo la escena anteriormente descrita.
Más mañanas así, por favor.
Jisung observó los ojos cerrados de Minho, recordando perfectamente la expresión placentera de la noche pasada. Suspiró enamorado -¿No te lastime, verdad? -afirmó el agarre en su cintura, provocando un jadeo en Minho. Tan receptivo.
Lee parpadeó repetidas veces, adaptándose a la mirada de Jisung. Sonrió en grande, y negó - No Hannie, fue maravilloso- inocentemente se desplazó por el cuerpo aún desnudo de Jisung, para iniciar un beso.
El contacto de sus cuerpos desnudos traía a Han en una nube de delirios. Adorando la suavidad en la piel de Minho.
Jisung nunca creyó estar más enamorado de una persona, hasta que Minho llegó a volver su corazón un caos de agitaciones.
La mano de Jisung se posó delicadamente sobre la nuca del menor, acto seguido con la tosquedad que faltaba en su última acción, profundizó el tierno beso que había comenzado su bebé.
Minho aspiró por la nariz, sorprendido. No se esperaba esa acción, más aún así intento seguir el paso de su pareja, siendo un lío por completo. Jisung es su primer novio. Y a pesar de haber compartido muchos besos, ninguno se comparaba a aquellos.
La muestra de amor era desordenada, húmeda y embriagante. Pronto, Minho se vió con sus mejillas rojas y jadeando por aire. Le encantaba cuando sucedía eso.
La sensación de estar perdido en Jisung, sus besos, manos, toques y chupetones; eran de sus emociones favoritas. Y las descubrió junto al hombre que ama.
Sin darse cuenta, Minho sentía diferente. No era como la noche anterior, donde solo eran besos inocentes, y risitas adorables. Está vez... lo quería de manera diferente.
Justo en ese momento, fue cuando Jisung hizo sentir por primera vez a Minho lo que es la excitación en su estado más puro.
Se sintió necesitado.
-Sunggie, ¿p-podemos hacerlo?
Solo era el comienzo.
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