All x Jiang Cheng - MDZSRarepairWeek2022

Seguridad - "Cuánto te amo"

Jiang Qingyang tenía algo claro: amaba a su esposo.

Lo amaba en la tranquilidad de la oficina que compartían juntos mientras respondía correspondencia y lo escuchaba murmurar sobre los idiotas líderes de secta que tendría que responderle.

Lo amaba en el calor de los campos de entrenamientos cuando se acercaba a enseñar personalmente a los nuevos discípulos y el brillo de satisfacción asomaba a sus ojos grises.

Lo amaba en el silencio de su alcoba cuando la anhelaba, cuando sus manos recorrían terrenos sinuosos y la llenaba de un calor insoportable en su vientre que solo podría ser calmado con él.

Lo amaba cuando despertaba de las pesadillas, apurado inhalando aire, y solo en los brazos de ella y acurrucado en sus pechos es que podía recuperar la calma.

Lo amaba cada vez que la hacía sentir segura, porque sabía de su constante apoyo.

Jiang Cheng era maravilloso. Jiang Qingyang lo amaba. Lo amó más cuando él solo se enfrentaba a la serpiente oscura que azota sus lagos, sobre Sandu, apretando el cuello de la bestia con Zidian y rodeado de brillo púrpura. Amaba la ferocidad de sus ojos en batalla, amaba su postura de combate sobre su espada. Amaba que siempre, sin importar qué, está en la primera línea para asegurar la seguridad de los suyos porque, aunque él creía aún (y seguía en el enorme trabajo de corregirlo) que él es un secundario en la historia, Jiang QingYang lo tenía como el protagonista de su vida.

—¡Apresurense! —Lo escuchó gritar. Sus discípulos y ella, vestida con los colores de la secta que ahora gobierna a su lado, saltaron de las piedras y enviaron sus espadas para atacar a la bestia que se remueve en el lago, aullando con fuerza.

La serpiente era poderosa y los rayos de Zidian apenas lograba contenerla. Las espadas de todos apostados en las orillas del lago sobrevolaron sobre el agua y dejaron cortes que la agitaban más mientras Zidian la sofocaba. Jiang Cheng seguía sujetando con fuerza para mantenerla en la superficie. Si dejaba que se colara entre sus dedos, volvería a atacar bajo el agua y dificultaría el ataque. Jiang Qingyang se concentró en la ofensiva, su espada sinuosa bailando sobre la superficie y cortando trozos gruesos de la piel dura de la bestia. Su energía espiritual golpeando con cada corte a la bestia y su Qi resonando bajo su piel en medio de la batalla.

La borla lila que adornaba su espada se llenaba de sangre. Sus ropas bailaban en el viento, la campanilla sonaba suave con la melodía de los Jiangs y la bestia parecía rendirse a su poder. Otra descarga de Qi la sofocaba y Jiang Cheng miraba con sus ojos oscuros los relámpagos atravesar la armadura. Faltaba poco.

Entonces, ocurrió. Un coletazo de la bestia azotó a su posición y ella junto a otros discípulos fueron golpeados por su enorme cuerpo. Luego sintió el relámpago de dolor que la agarró desde la espalda a su hombro izquierdo. Apretó sus dientes.

—¡A-Yang!

Un rayo más fuerte golpeó a la bestia. QingYang levantó su rostro y escupió la sangre que brotó en su boca mientras veía a su esposo ahora filtrando toda su energía con enojada desesperación. Se puso de pie y llamó de nuevo a su espada.

Era Madam Jiang. Una serpiente de agua no iba a derribarla.

Corrió con todas sus fuerzas y escuchó los pasos de los discípulos que también cayeron ahora persiguiéndola. Sobre voló sobre la bestia enfurecida, a una distancia considerable, y solo cuando sintió que estaba en el lugar correcto saltó y llamó a su arma. Con todas sus fuerzas, ella y los tres discípulos que habían sido derribados clavaron las espadas a lo largo de la columna del animal y una nueva descarga de Zidian atravesó todas las heridas. Dos espadas más atravesaron por fin el cuello de la bestia y la degollaron. Lo último que hizo fue caer al agua junto a los valientes discípulos que la siguieron.

Bajo el lago, ella pudo ver a la bestia cayendo con la cabeza bajando. Ojos verdes que estaban sin vida. Sin detenerse a pensar más, movió sus piernas y brazos para nadar a la superficie. Apenas salió, vio a su esposo sobre ella en Sandu, extendiéndole la mano con un brillo orgulloso en sus ojos.

Allí está, lo amaba. Amaba que jamás la subestimara.

Ella le ofreció la mano derecha y él la levantó con facilidad a pesar de estar completamente empapada. Luego la abrazó sobre Sandu, sobrevolando donde el cuerpo de la bestia se hundía bajo el lago. Se sentía tan cálido bajo el hueco de su brazo.

—Todo acabó. —Anunció, abrazándola sobre protectoramente de su cintura mientras los discípulos celebraban el final de su cacería nocturna—. Limpien el territorio.

—Sí, ¡Sandu Shengshou, Madam Jiang!

Sin más que agregar, Jiang Cheng la llevó a un lugar apartado, estableciendo distancia con los discípulos que los acompañaron a la cacería nocturna. Bajaron en un prado apartado entre los árboles y cuando dejaron a Sandu, solo sintió el tirón de los brazos de su esposo y se empujó hacia arriba, rodeándolo con su brazo derecho en el cuello para responder al beso. Bocas húmedas, el calor de la mano de Jiang Cheng secando con su poder las túnicas lilas y llenándola de anhelo. Él apretó un poco a su costado izquierdo y es allí donde sintió un relámpago de dolor.

Jiang Cheng se apartó, ojos preocupados la miraron. Antes de que dijera algo, ella puso un par de dedos sobre sus labios y envió su propio qi a curar las heridas recibidas.

—Si dices algo tonto, líder de secta Jiang, te partiré las piernas.

—Mujer... —murmuró con ojos encendidos—. Ya no hay respeto.

—¡Por supuesto que no! Madam Jiang te ordena que sigas besándola mientras termina de curar sus heridas de batalla, líder de secta Jiang.

—Me la cobraré —amenazó antes de tomar de nuevo su boca en un beso más profundo y húmedo—, en la cama.

—Claro, esposo mío. Eso anhelo.

Ella sabía que sí, así sería. Y su núcleo saltó encendido emitiendo energía y alimentándose de la que Jiang Cheng le entregaba a través de los toques en su cuerpo. Así terminó la cacería.

Post-Canon: Universo donde Luo Qingyang tras enviudar se convierte en parte d ela secta Yummeng, y luego, en la esposa de Jiang Cheng.