ღ𝐀𝐟𝐭𝐞𝐫 𝐌𝐨𝐨𝐧ღ

After Moon

Durante toda mi vida, siempre existió un recuerdo que golpeaba mi corazón. Actualmente sigo sin saber qué era esa sensación, de lo único que estoy segura, es que cuando el llego a mi vida... se desvaneció.

Él... con su voz, sus hermosos ojos rojos que me hipnotizan... me elevaron, me ha elevado hasta la luna, y la sonrisa verdadera que mis hermanas tanto extrañaban, regreso gracias esa persona que en tan poco tiempo se volvió especial para mí.

Iba caminando tan metida en mis pensamientos, que no me di cuenta de que choqué con alguien, y ese alguien era mi persona especial. Solo que había un problema... teníamos que fingir odiarnos.

Me miró con una sonrisa, pero después reacciono y me habló de forma "enojada".

—Fíjate por donde caminas— No dijo otra cosa y siguió su camino.

—También alguien tiene que ir atento de no chocar con las personas— Dirigí mi vista hacia él, hizo una señal con su mano. Sabía perfectamente que significaba.

Me di la vuelta y seguí mi camino, aunque claramente, al lugar en donde me había citado.

Solo podía escuchar el murmuró de aquellos que vieron la escena.

"Parece que nunca se llevaran bien"

"La rivalidad entre la familia Kamado y Kocho en verdad es muy fuerte"

"Serían una buena pareja, pero lamentablemente se odian"

"Según rumores, son pareja, pero no lo parece"

«Jejeje... si supieran»

No mencioné nada ante el último comentario, de cualquier forma... solo es un "rumor"

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Me encontraba cantando una canción mientras esperaba a mi persona especial, cantar, era uno de mis pasatiempos favoritos, aunque solo supieran mi familia y el.

—Somos como el sol y la luna que no se pueden encontrar, tu yo algún día estaremos juntos así que no lo olvides~

Aquella canción, se había vuelto una de mis favoritas, no solo por su significado, si no, porque me sentía identificada.

La canción habla de dos personas que se aman y no pueden estar juntos, pero a pesar de eso, su amor es demasiado grande y no se rendirán, para que su romance triunfe.

Algo así como una promesa.

Nuevamente, me quedé metida en mis pensamientos, hasta que sentí como alguien me abrazo por la espalda.

—¿Esperaste mucho? — Me susurro, para tratar de no asustarme

Él sabía perfectamente que cuando no me daba cuenta de su presencia, es porque estaba concentrada en algo, o simplemente me escuchó cantando.

—No tengo mucho tiempo aquí, pero me alegra que ya estés conmigo.

Mostré una sonrisa, aunque probablemente él no pudo notarla, ya que estaba detrás mío.

—Sabes... No me gusta mucho esto de fingir odiarnos, cuando en verdad nos amamos.

—No eres el único que odia fingir...

Ninguno era feliz fingiendo, pero a pesar de que era por el bien de sus familias, estaban dispuestos a hacerlo.

—¿Sabes qué día es hoy? —

Yo solo asentí

—¿Tienes planes con tu familia o alguna amiga?

Era demasiado fácil de leer, tan solo con la primera pregunta, estaba al tanto de que es lo que quería.