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¿Como fue que llegamos a este punto?

Lalisa Manoban era una Alfa pero había actitudes que la hacían diferente a los demás de su misma casta, ¿Por qué?

La palabra exacta es débil. La Alfa era débil, no tenía la suficiente fuerza para defenderse y siempre lloraba cuando las situaciones la superaban. Todos quienes la veían pensaban que era una simple Beta hasta que olían sus potentes feromonas que la definían como Alfa.

Ahora estaba en una situación difícil. Se había reunido con su pareja Rose en un parque. No podía verla a la cara por su "error".

— ¿Sucede algo, Lisa?.— dijo triste aquella Omega, acercándose a la Alfa la cual se encontraba mirando al piso.

— R-rose tenemos que terminar nuestra relación.— dijo la chica de cabellera azabache mirando con lágrimas en los ojos a su ahora ex novia.

Aquella chica de cabello peculiar se quedó callada por unos minutos los cuales para Lalisa eran años. Tenía miedo de como reaccionaria la Omega. No pasó mucho para que la chica reaccionara a lo que había dicho la Alfa.

Con lágrimas a punto de desbordarse de sus ojos se acercó más a Lalisa para tomarla de las manos y poder articular el tumulto de las palabras que quería expresar, pero se quedaban estancadas en su boca.

— ¿Por qué? ¿P-por que quieres terminar conmigo, Lisa?.— preguntó la Omega. Quería una respuesta, quería saber porque su amor de la niñez, la que tanto dijo que la amaba ahora se apartaba de ella.— ¡Contéstame!.— reclamo apunto de llora por no recibir respuesta.

— Y-yo... ¡Yo marque a Jennie!.— dijo la Alfa alejándose de Rose.— Paso muy rápido...— dijo la Lalisa a unos pocos centímetros de la Omega para después caer hacia atrás empezando a llorar.— Lo lamento mucho...

Sintió un abrazo que provenía de la Omega la cual después de limpiarse las lágrimas le mostró una sonrisa que ocultaba un gran dolor. Rose sabía que Lalisa apesar de su error se haría cargo de lo que hizo. Era una de las partes más vulnerables de la Alfa.

Pero también sintió dolor porque ella ya soñaba con su futuro. Uno en donde ellas en algún momento podrían enlazarse y tener cachorros, pero ese sueño se derrumbó cuando nombró a la Omega de cabellos castaños.

Sabía que si un Omega era marcado no debía de ser abandonado ya que ellos suelen sufrir más que los propios Alfas.

Porque nadie quiere a un Omega usado. Jennie era fuerte físicamente, pero mentalmente era una niña y ella también la quería como una hermana.

Sabía que ellas dos tendrían un buen futuro. Jennie protegería a Lalisa así como la Alfa también la protegería .

Después de aquella muestra de afecto, Rose se sentó a su lado en una de las bancas que había en el parque y miro el collar que Lalisa le había regalado para después suspirar.

— ¿Y como se encuentra Jennie?.— menciono con melancolía el nombre.

— Ella está esperándome...

— Lisa...— la mencionada volteó para ver a la Omega quien tenía pequeñas gotas en los ojos — Ve con ella...

— Si...— acto seguido la Alfa se pato y ayudo a la Omega.— Adiós Rose...— dió la media vuelta y antes de irse fue detenido por la Omega.— ¿Sucede algo?.— preguntó Lalisa al mismo tiempo que levantaba el rostro de Rose con gentileza.

— Y-yo quiero un último beso...— hablo la chica con un sonrojó en el rostro y con lágrimas.— ¿Me lo darías?

Lalisa solo reaccionó con limpiar las lágrimas de la Omega para después asentir con la cabeza.

— Gracias.— dijo para después acercarse a la Alfa, pero antes de continuar sintió un olor a feromonas de enojo. Hizo que reaccionara viendo a Jennie quien estaba en la entrada del parque no muy lejos de ellas a tan solo 10 pasos.

Jennie portaba un vestido holgado que mostraba una parte de su cuello y hombro en estás se mostraban mordidas y chupetones al igual que sus piernas que también estaban marcadas.

— Jennie, ¿Que haces aquí?.— dijo la azabache algo nerviosa pensado que su Omega le reclamaría o algo.

— ¿Estabas tardando?.— contesto la más baja para acercase hasta donde ellos se encontraban y tomar la mano de la Alfa para que se alejara de la Omega.— además tengo hambre.— contesto la chica para abrazar a la Alfa.— quiero un guiso de Kimchi  ¿Puedes ir por ellos, Lili?

— Si, espérame un momento — la azabache se alejo de su ahora pareja y enfocarse en Rose.— Perdón, Rose. Pero tengo que ir por la comida de Jennie y gracias por todo.— fue lo último que dijo para ir en busca de la comida de su Omega.

Las dos Omegas se quedaron solas. En ese momento Rose tenía miles de preguntas, ¿Por qué Lalisa la mordió?. Ya que era raro de ella, pero no podía ya que presentía que eso molestaría a la otra Omega. Corrían muchas cosas por su mente. Quería gritarle e insultarla, pero al mismo tiempo quería que fueran felices. No sabía cómo actuar o reaccionar hasta que la otra Omega se paró enfrente de ella.

— Lalisa te lo contó. ¿Verdad?.— preguntó la castaña.

— Si. ¿Como te encuentras?.— contesto la chica mirando las mordidas que portaba en especial la de su cuello en la parte de su nuca viendo la gran marca que aún tenía una que otra mancha de sangre. Las otras no eran tan grandes como esa a lo que pudo notar mientas la recorría de pies a cabeza.

— Estoy bien.— dijo la Omega al darse cuenta que la otra la inspeccionaba.— ¿Estás buscando algo en especial, Rose?.— miró a la chica con una sonrisa.

— No es nada, Jennie. Solo quería ver cómo es la marca de Lalisa.— contesto también sonriendo.

交  ›  THE MARK OF MI ALPHA  𖥻JLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora