Mahd Wy'ry [Drukaris] ~ Ikaris/Druig

I. En el principio

[N.A]: Después de ver Eternals no pude evitar pensar en Arishem como el dios del antiguo testamento. Esta historia inicia con esa idea, y es mi excusa para escribir sobre Ikaris/ Druig redescubriendo sentimientos que ya tenían por el otro ✨

________________________________________

A Arishem le importó muy poco que los eternos se arrepintieran de traicionarle, o que el surgimiento les dejara al borde de la muerte. Arishem esperó. Pacientemente. Quizás demasiado. Las heridas de cada eterno se curaban lento, los fragmentos de Centuri-6 se incrustaban en lo profundo de sus pieles.

Y aún así, Arishem no creyó que eso fuera suficiente.

Las ondas del surgimiento aún tenían fuerza sobre el espacio, esparcían los cuerpos en distintas direcciones. Ocho eternos lucían casi irreconocibles, mientras los dos últimos parecían haber resistido la explosión. Justamente los culpables: Ikaris-el favorito de Arishem- y Druig. Los separó de inmediato.

En un pestañar, Arishem despertó a Ikaris y lo colocó en medio de tres anillos de oro, los cuáles curaron al Eterno Supremo y lo vistieron en su armadura de siempre. Azul como las profundidades del océano.

Ikaris ni se inmutó. Él estaba en un estado vegetativo, comparable a un maniquí. Se mantuvo suspendido por unos minutos hasta que los anillos terminaron de agregar detalles dorados a su ropa y lo elevaron rápidamente, de cara a su dios.

De repente los labios le temblaron. No por miedo, Ikaris aún no poseía esa capacidad; sin embargo a medida que iba subiendo, algo se despertó en su inconsciencia. Le fue difícil recuperar el control de su voz.

"N-no fue..su...culpa... no..." la temperatura del espacio invadió su piel. El frío y la inexperiencia se combinaron en su garganta. Ikaris tuvo que hacer un esfuerzo adicional "de D-Druig..."

"Ikaris" reprendió Arishem.

El llamado tuvo un efecto adormecedor. Ikaris padeció un reorganizamiento en su sistema, algo que caló en su cerebro y se asentó en el resto de su ser. Sintió calor cósmico desprenderse de sus ojos, mientras al mismo tiempo era obligado a volar. De lejos, Ikaris navegaba el cosmos a voluntad; de cerca era tan solo un títere que iba de un lado a otro, orbitando sobre las manos de su creador.

"De entre los eternos, eres el más poderoso. No volverás a liderarlos pero serás su protector".

"...protector " repitió Ikaris. El color de sus ojos se decoloró y quedó tan blanco como su esclera. Hileras doradas delinearon los bordes.

Arishem fabricó memorias para Ikaris, una vida entera en Olimpia, tan falsa como la misión que lo alejaría del ficticio planeta. Con esas visiones, Arishem le explicó quiénes serían los otros guerreros que cazarían de desviantes junto a él. También existían otro tipo de eternos: Los pensadores. Ellos debían usar su dones para ayudar en el desarrollo de los mortales.