【𝑆𝑒𝑚𝑎𝑛𝑎 𝑆𝑡𝑎𝑟𝑘-𝑅𝑜𝑔𝑒𝑟𝑠】

«SongFic»

Camila Sodi–¿A quién le importa?

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—Tú nunca cambias ¿Cierto?—comentó el azabache de brazos cruzados; pero con una sonrisa burlesca de oreja a oreja.—A veces te envidio amigo, y no me lo tomes a mal, solamente que a veces quisiera ser como tú.

Halagado soltó una risita que retumbó en su pecho como en los tambores. Le dedicó una rápida mirada al hombre recostado en el marco de la puerta de su habitación para luego volverla al espejo, donde contemplaba su exquisita figura y detallaba su bellísimo traje brillante ceñido a su cuerpo que, de seguro su prometido amaría. Peino un mechón rebelde rápidamente ya que el tiempo apremia.

—¿A sí? Eso es halagador Bucky. Pero no debería ser de esa forma, tu también eres maravilloso y no necesitas de mis cosas para ser genial también ¿No crees?

Siguió con la mirada al rubio de ojos azules que recorría la recámara acomodando y recogiendo cosas para su próxima partida.

—Yo soy genial—afirmó seguro y con los hombros relajados, pero con la cabeza en alto.—Me refiero a que... No te dejas intimidar por nadie y, mucho menos por lo que dicen de ti y todo ese veneno que te rodea. Me preocupo pero sé que puedes afrontarlo solo.

Otra risita se le escapó, asintió tomando su teléfono tumbado en la cama para guardarlo en el bolsillo trasero de su pantalón. Es perfectamente consciente de todo lo que dice James, y tiene razón. Desde que dejó de importarle lo que pensaran o dijeran de él la gente con sentimientos de resentimiento y envidia comenzó a ser más frecuente. Cómo por ejemplo cuando se reveló homosexual y se largo de la casa de sus papás, desde entonces han tratado de hacerle la vida imposible. ¿Y él? Tratando de ser ignorante a todo y solamente seguir caminando sin mirar atrás. Lo a hecho excelente hasta ahora, solo provocándoles más.

—Uhm, ¿Y que dicen de mí, Bucky?—paso a su lado haciéndole señas para que lo siguiera afuera y bajarán las escaleras.—Tony ya debe estar impaciente.

—Pues... Pues que eres un regalado, libertino y que sólo estás con Stark por lo que tiene, y, y que has logrado engatusarlo con brujería y más estupideces. Obvio no es así pero las personas siempre quieren llamar la atención esparciendo chismes.

Hizo un ademán de obviedad con la mano que no sostenía las llaves del auto. Finalmente fuera de la casa se permitió inhalar aire puro, contempló los hogares de sus vecinos, algunos de ellos afuera seguramente para verle partir en el Bugatti Veyron dorado opaco y negro que su amado Tony le obsequió. Dejo salir un suspiro.

—Claro Buchanan porque les corroe saber que nunca tendrán a alguien tan maravilloso como mi futuro esposo a su lado, que jamás tendrán mi suerte y que nunca, nunca les haré caso. Y tú tampoco lo hagas, lo que tengo a sido con esfuerzo y oídos sordos, yo no obligue a Tony a estar conmigo. Digamos—hizo una pausa para encender el motor y hacerlo rugir. Cosa que hizo reír de emoción a su amigo que sabía muy bien que lo hacía para ser chocante.—Que él me amarro a mi. Esa vida de disfrute quedó atrás—se alzó de hombros restándole interés. En cambio fijo su curso en el GPS.—Yo lo amo y él me ama, nada más.

El hombre de cabello largo hizo un ruido de afirmación. Luego de una hora de estar en el coche llegaron al restaurante elegante donde los habían citado, cada uno sonrió enamorado al ver sus respectivas parejas esperándolos afuera.

—Nuevamente no quieras ser como yo porque todos somos únicos, simplemente sé alguien a quien no le importa que digan a sus espaldas aunque le lastime—abrazo a Bucky, y abrió la puerta.—Únicos y detergentes.

Se carcajeo para seguirlo.

—¡Creí que nunca llegarían!—se quejó de forma infantil el castaño de traje que, a pesar de su berrinche, recibió encantado al rubio que se abalanzó a él para abrazarlo.—¿No eres el chico puntualidad, Rogers?

—Calla Stark, y solo besame, te extrañe—se colgó de su cuello para unir sus labios en un beso que se fue tornando apasionado.

—Consigan un cuarto—se burló la pelirroja.

—No le hagas caso amor—besó la mejilla de Natasha.—Así son.