único

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te ví, sentado, te veías hermoso.

me miraste, me vi en la obligación de apartar la mirada, era san valentín y quería invitarte a salir, pero supuse que ya esperabas a alguien.

supuse eso por como hablas sobre aquel chico, él es solo un año mayor que nosotros, tiene el pelo castaño y largo, puntas de color rubio y ojos amarillos, tal cual la miel.

él era todo lo contrario a mi.

me senté y te pregunté si tenías cita para ese día, me dijiste que sí, pero que tu persona especial aún no había llegado y ya habían pasado varias horas.

debí de haberte dicho que lo llames por si le había pasado algo, o quizá hablar con la policía, aunque ni siquiera hubiese pasado tanto tiempo, en cambio, te ofrecí ir a cenar conmigo, ya que mi ""cita"", que cabe aclarar, yo no tenía, también me dejó plantado.

aceptaste, me sonreíste y tomaste mi mano, llevándome al restaurante donde habías reservado, me contaste que hubiese sido un desperdicio no ir a ese lugar, que estuviste todas las vacaciones trabajando para poder pagarlo.

contesté que yo iba a pagar la cuenta, así no gastabas tanto, me agradeciste y acariciaste mis cabellos.

en ese momento sentí una sonrisa involuntaria ponerse en mi rostro, no pude seguir fingiendo que no anhelaba tener esta cita desde hace ya mucho tiempo.

recuerdo que habías ordenado algo que yo no sé su nombre, solo dijiste que tenía pulpo, me dijiste que estaba delicioso y que debía probarlo, así que pedí lo mismo.

no era lo más rico que había probado, pero estaba salvable, aún así dije que me había encantado.

yo pedí postre, me preguntaste si también podías pedir, asentí, dándote a entender que sí.

pediste flan de vainilla, y yo un poco de torta de frutilla.

me dijiste que eras alérgico a las frutillas, yo ya lo sabía, preferí pretender que no sabía, me contaste como de pequeño casi morías por haber comido una.

reíste, igual que yo, tus ojos azules brillantes y tu sonrisa eran cosas tan bellas para ver.

el resto del tiempo que estuvimos ahí, hablamos de lo más bien, te pregunté si querías ir a mi casa, accediste, así que pedí la cuenta y la pagué.

aunque desde un inicio te hice saber que yo iba a pagarlo, quisiste hacerlo vos, claro que me resistí y te dije que yo lo iba a hacer, pero seguiste insistiendo, al final si pagué yo.

fuimos a mi casa y charlamos un rato, tras un tiempo de hablar, el ambiente cambió y terminamos en mi cama.

que triste que nunca más hayas sabido de zhongli, ¿no, ajax?

aún más triste es que cuando encontraron el cuerpo en medio del bosque, a este le faltaba la cabeza y nunca la pudieron encontrar, los policías no buscaron bien, estaba en mi sótano, igual nunca fuí sospechoso porque no tuve ninguna relación con él, pero vos sí lo fuiste.

no me arrepiento de haberlo hecho.

atte: tu amado Scaramouche, cerca de su muerte. ♡

san valentínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora