La Elegida

Prefacio

Lucius

Desde el momento en que toqué el anillo y no recibí respuesta de regreso, lo supe.

Supe que había perdido a mi Narcissa.

Parece que fue ayer cuando mire sus ojos azules por primera vez y quedé perdidamente enamorado. Pasar el resto de mi vida con ella fue la mejor decisión que he tomado.

Aún no logro entender el porqué debía ser así, porque tenía que perderla, pero Narcissa siempre ha sabido cosas que yo no. Ella siempre entendía todo antes que yo.

Aunque soy consciente de que no está, mis ojos no pueden asimilar que la lapida frente a mí represente su existencia en este mundo. Siento que voy en picada constante.

El dolor de no haber tenido tiempo de despedirte de alguien que amas, es peor que una herida de muerte.

Siento una mano en mi hombro y por el perfume sé que es Hermione. Me abraza y yo la dejo, es como una hija para mí.

-Lo lamento, pero aquí estoy. ¿Lo sabes cierto?

Claro que lo sé, pero no tengo ganas de responder. Estoy roto, estoy vacío.

No tengo nada.

Draco se pone a mi derecha con mi nieto en brazos.

-Ven a casa con nosotros -me pide y aunque no quiero irme, lo hago.

Igual tendré tiempo de sobra para venir aquí.

Scorpius llora para llamar la atención de su madre, y Hermione lo recibe apaciguando el llanto de inmediato, igual como hacía Draco de pequeño.

Draco no estará solo, ahora tiene una familia que cuidar.

La mansión se siente vacía, y jamás la había recordado tan enorme.

Como por comer, bebo por beber... Vivo por vivir.

Lo único que me saca de mi mundo es Scorpius. Tan pequeño y frágil, y a la vez tan fuerte.

Es perfecto, y el que diga lo contrario se la vería conmigo. Sus ojos me llevan a profundizar dentro de mí mismo, como si su don fuese la resiliencia.

Como si pudiera llevarse casi cualquier dolor.

Sin embargo, dudo que algún día exista algo que arrastre fuera de mi corazón este dolor tan agonizante. Porque cada minutos qué pasa, cada hora y cada día siento que estoy muriendo.

Siento que me ahogo en un mar turbulento que jamás me permite alcanzar la orilla.

Los Malfoy no lloran, eso fue lo que me enseñaron toda la vida.

El llanto no es mi debilidad, en cambio Narcissa si lo era.

Por la noche salgo de mi habitación, y entro en la de mi nieto, está dormido profundamente.

-Tengo que irme, solo será por un tiempo. Te prometo que cuando regrese seré el abuelo que mereces -le beso la frente y desato un hechizo de protección para él.

El mismo que olvidé renovar para Narcissa esa mañana...

El mismo que no pudo mantenerla con vida.

También hago uno para Hermione y Draco.

Salgo de la casa y los sellos se activan.

Por ahora no soy útil, y me niego a ser una carga. Me niego a ser el pobre viudo deprimido que necesita terapia.

Me niego a dejarme ver de otra manera que no sea indestructible.

Desaparezco en la nada, esa nada que se ha convertido en único consuelo actualmente.

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Aquí les dejo el prefacio de esta historia, el primer capítulo esta programado para el 4/03/2022.

Gracias por estar aquí, tienes un lugar en mi corazón.

Lumos por Narcissa, tú sacrificio de muerte vale más que la vida de muchos 🪄👑