El chico mantenía su vista pérdida en sus converse de color negro, sus ojos parecían vacíos, sin una pizca de brillo. Daba trazos sin sentido con su dedo pulgar sobre la cámara entre sus manos, seguía con vista pérdida hasta que el sonido de los carros lo saco de su trance.
Su expresión de sorpresa cambió nuevamente a una inexpresiva, pero así era él, nada en su vida le traía felicidad, todo a su alrededor era de colores opacos como su ropa.
¿Cuándo fue la última vez que sonrió?
No lo sabía.
Todo era una completa mierda. Siempre escuchando los gritos de su padre y los sollozos de su madre, detenerlo era en vano porque terminaba siendo golpeando por él, aunque prefería mil veces eso, a ver el cuerpo de su madre en el piso, temblando ligeramente y con múltiples golpes. Desde que tuvieron esa crisis económica comenzó su infierno, era tan solo un pequeño de ocho años asustado, escondido en el ropero de su progenitora para no tener que ver esas escenas que lo terminaron marcando de por vida.
"Eres una inútil"
"No sabes hacer nada bien, ¡Nada!"
"Maldigo el día en que me cruce contigo"
"¡Estúpida!"
"Tu y tu hijo son un estorbo"
Todos esos insultos y más eran los que escuchaba a diario hasta el día de hoy, pero su madre a pesar de todo siempre estaba para él, aun cuando no pudiera casi moverse por el dolor en todo su cuerpo intentaba darle de comer, ayudarlo con sus tareas, le daba el amor que necesitaba y siempre lo protegía cuando su propio padre quería ponerle una mano encima.
Era su ángel.
Y solo por eso es que lograba levantarse en las mañanas aun sabiendo que todos los días eran peores al anterior.
Agito la cabeza ligeramente para olvidar por un momento esos recuerdos, abrió su mochila y guardo su cámara, sabía que podía romperse o dañarse pero no tenía otro lugar en donde ponerla.
Suspiró pesadamente y miro a la calle esperando el autobús que lo llevaría a su hogar, si es que se podía llamar así.
Nada llamó más su atención que la melodiosa risa de un chico.
--No te burles de mi desgracia mocoso--contestó la chica de cabellos castaños--Fue vergonzoso.
--Lo siento Noona, pero es muy gracioso--nuevamente río--.
--Niño insolente.
Jungkook miro al chico, lo había visto muchas veces en la universidad, siempre estaba riendo y hablando, demasiado sociable a comparación de él.
Jimin, ese era su nombre, un chico de cabellos rubios que tenía algunos mechones pintados de color rosa, azul y morado, tenía unos ojos azules demasiado hipnotizantes, era pequeño, y siempre vestía con colores llamativos.
Le gustaba resaltar entre todas las personas.
--Oye Minnie, me darías una curita, me lastime el dedo--mostro su dedo índice con un pequeño raspón--.
--Claro Yong-sun Noona--se quitó la mochila de los hombros dejándola en el piso, abrió el segundo cierre de su mochila y sacó una curita blanca con flores dibujadas--muéstreme su dedo--la chica acató la orden y le mostro el dedo, el rubio enrollo la curita en su dedo y coloco su mochila en sus hombros nuevamente--Listo.
--Gracias Jiminnie--la chica sonrió satisfecha--Tengo que irme, Wheein debe estarme esperando.
--Vaya con cuidado Noona--le dijo y sonrió sin mostrar los dientes--.
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×Band Aids× Kookmin
FanficJimin siempre trae curitas y Jungkook necesita una más que nunca, o tal vez solo necesita a alguien que puede ayudarlo en su tan miserable vida. •Historia de chicoxchico •Contiene violencia intrafamiliar •Mini-fic con capítulos cortos •Historia 100...