Un fin de semana muy soleado, como costumbre salí al patio a bajar limones, me encantaba consumir el zumo.Despues de arreglarme un poco me dirigí a la plaza, habían muchas personas haciendo sus compras y me sentía un poco mal al no llevar nada en el estómago. Mamá Isa no tenía muchos clientes y Clérida no ayudaba mucho que digamos. Aunque con su llegada, podía safarme un poco de las gemelas. Sacaba la excusa de que tenía que hacer algo importante y la dejaba a ella a cargo.
Desde lo ocurrido en casa no salia sola, Charlie o Jaime me acompañaban a cualquier lugar. Pero no me gustaba mucho sus compañías, siempre me hacían bromas muy pesadas. Pero según ellos, eran simples juegos de hermanos.
¡Casi ingiero una botella de gasolina por su culpa!.
—Anyel sigue tu sola a casa. Nosotros nos quedamos—. Como llevaba la delantera a Charlie y Jaime, me voltee a verlo. Note que atrás de ellos estaban sus amigos. ok ya entendía.
Asentí y me marche, no quería quedarme allí, y si lo quisiera ellos no me dejarían, no solo se iban a jugar fútbol, también hacían otras cosas. Como drogarse por ejemplo.
Cuando iba cruzando la esquina para subir y llegar a mi casa, me topo con alguien haciendo que casi caiga al suelo. Me sorprendí al ver a la persona, hace mucho tiempo que no lo veía, solo sabía quien era y ya.
- Papá - Balbuceo
-¿Anyel? - me mira con el ceño fruncido tomándome por los hombros -. ¿Cómo estás?, no te he visto desde hace mucho. Has crecido demasiado -. Luego me abraza.
Me toma por sorpresa y no se como reaccionar. Pero me gusta, es un abrazo muy reconfortante, sincero y cálido. Luego se separa de mi.
Me quedo callada mirando hacia ningún lugar en especifico, no se que decir, es raro, me siento bien ahí parada con mi papá en silencio. Hasta que el lo rompe.
—¿Te gustaría ir a un Café?
Asiento y tomó rumbo con el. Llegamos a la cafetería que no es muy lejos de casa, aunque es mi papá, no puedo ser muy confiada e alejarme mucho.
-¿ Y como te ha ido en el estudio?-. Se cruza de brazos, mientras la mesera trae dos cafés.
- No soy muy buena en matemáticas, y tengo nota baja en sociales. Pero las recuperaré.
No puedo dejar de mirar a mi alrededor. Me siento bien en compañía de él. Pero también extraña. La única figura paterna a la que estoy acostumbrada es a Ricardo un hombre que ayudado con nuestra crianza, pero que ninguno lleva su sangre.
El hombre carraspea y vuelve a hablar .—Anyel estoy aquí, porque me gustaría ayudarte. En lo que necesites solo dímelo, soy tu padre y aunque no lleves mi apellido tienes mi sangre, y eso es lo más importante, no me veas como alguien desconocido. Un apellido no define tu familia, un apellido no define quien es o no tu padre o madre, solo es quien se lo merezca, y yo quiero merecer ese puesto, quiero que te sientas orgullosa de mi y yo de ti.
Siento que en cualquier momento empezaré a llorar, es verdad no importa de quien llevas el apellido para definir qué eres su hijo. Un ejemplo de ello, es Isabella y Clérida. Mi abuela es mi madre, porque yo lo siento así.
Él espera por una respuesta. Así que decido hablar —¿Y a Charlie, también piensas ayudarlo?—.
- Lo haré, solo si él lo quiere y tú también.
- No te mentiré. Estamos mal, pero primero tendré que hablar con mamá
-¿Clérida se encuentra con ustedes?- . Noto en su voz un tanto de desconcierto.
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TeamRowell[C- EBW]
Teen FictionNovela juvenil participativa en un concurso de historias- editorial blue whrite La única salida, es seguir avanzando. "Empezaré contado mi historia desde mis 11 años, hasta... la fecha que sea posible, no podré decidir por un futuro; este es incie...