2. Empezamos.

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SARA

Me vestí lo más deprisa posible, Cristian no me quería decir nada. Me puse unos vaqueros con la camiseta de los Dodgers de antes y unas Nike airmax blancas, cogí un poco de rimmel y listo.

- ¿Me vas a decir ya dónde vamos? - me estaba empezando a poner de los nervios, y nada más que eran las seis de la mañana.

- Al hospital - Cristian cerró la puerta de mi casa y bajamos para coger el coche - Isaac acompañó a Daniela a su casa, pero no subió con ella porque estaba su novio en casa. Ahora ella está en coma.

- La ha vuelto a pegar... - no podía creermelo - ¿cómo lo sabe Isaac?

- Él se quedó en su portal esperando a que pasara algún taxi, y cuando se levantó para irse vió al novio salir de su portal con una maleta, entonces llamó al telefonillo y nadie respondía, por lo que decidió subir a ver qué pasaba y se la encontró así.

- Joder...

Durante todo el camino no hablamos nada. Yo solo pensaba en Daniela, en cómo el gilipollas ese la había dejado en coma. Llegamos al hospital en diez minutos, a esas horas no había tráfico y Cristian iba un poco deprisa.

Cuando entramosen el aparcamientodel hospital nos señalaron la plaza en la que teníamos que aparcar y allí lo dejamos. Salimos del coche y andamos hacia la entrada, Cristian me cogió la mano y yo le devolví el gesto apretándola fuerte.

Entramos y fuimos a la habitación donde estaba Daniela. Ana e Isaac ya estaban alli.

- La tienen en observación - Isaac estaba muy nervioso. A Isaac le gustaba Daniela desde hacía tiempo y a veces se le notaba mucho - es que no tenía ni que haberla dejado sola.

Ana me cogió de la mano y me llevó unos pasillos más lejos.

- Dejemos que Cristian le calme, yo te llevaré a ver a Daniela - seguimos caminando y entramosen una sala en la que habia varias camillas con enfermos separadas por unas cortinas verde hospital. Ana me guió hasta la que se encontraba Daniela.

Cuando la vi no pude evitar llevarme las manos a la cabeza. Tenía la cara llena de moretones, y lo que parecía ser un arañazo de haberse dado contra un armario o algo.

- Está muy débil, tiene que descansar. Se pondrá bien en unas semanas - la enfermera nos echó de la sala. Cuando llegamos a donde estaban Cristian e Isaac, el rubio, estaba llorando. Nunca había visto a un tío tan enorme llorar de esa manera.

- Tengo que ir al baño - me excusé.

Cuando llegué al baño no me podía contener las ganas de reventarle la cabeza al cabrón que la habia hecho eso a Daniela. No podía. Me reventé los nudillos contra la pared, no podía parar. Cuando no era por una cosa era por otra. Hacía mucho tiempo que no me destrozaba los nudillos contra la pared, desde que vi al novio de mi madre pegarla. Me entraron ganas de matarle, pero me contenía.

- Entró Cristian y rápidamente me paró, me abrazó.

- Tranquila, se va a poner bien.

- Es un hijo de puta - empecé a llorar - la he visto, tiene la cara destrozada.

- Ya lo sé.

Estaba temblando, esto ya era mucho para mi, primero lo de mi madre, después lo de mi ex, y siempre callada. La vida me las clavaba bien clavadas y yo no sabía cómo descargarme.

- Venga vámonos, que se van a pensar que estamos haciendo otras cosas - me agarró de la cintura por que mis manos entaban ensangrentadas. Salimos y ni nos depedimos.

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⏰ Última actualización: Jun 06, 2015 ⏰

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