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Se separaron con la respiración agitada,evitando por unos segundos la mirada del otro. Armando observaba con gran atención el pecho de su amigo que subía y bajaba,recuperando el aliento.
Mientras Calderón observaba fijamente el techo,sintiendo la respiración de Armando chocarle en el cuello. Entonces trago saliva en silencio para bajar su cabeza,juntando su frente con la de Mendoza mientras subía con cautela  su mano desde la espalda baja de Armando,hasta su nuca dónde entrelazó sus dedos entre los cabellos del azabache.
Quien cerró sus ojos ante sus caricias,buscando con sus manos hacer lo mismo,deslizandolas hacia arriba por el pecho del castaño.

Tras unos largos segundos se detuvieron y tomaron ligera distancia para observarse a los ojos,apartando poco a poco las manos del cuerpo del otro hasta que Armando fue enderezando su cuerpo por fin dejando libre al de Mario,quien al ver aquello igual fue levantando poco a poco su cuerpo hasta lograr sentarse en su lugar junto a él.
Viendo al otro sofá que se encontraba vacío por unos momentos,organizando todo lo que acababa de ocurrir,confirmando con el paso de los segundos que había ocurrido de verdad hace tan solo unos momentos atrás.

Y cuando su mente realizó está confirmación,volvió su mirada al de lentes en cuanto escuchó la botella chocando suavemente contra el vaso que Mendoza estaba sirviendo.
Se veía despreocupado,o eso aparentaba pues Mario estaba seguro de que por dentro tenía ese sentimiento de incertidumbre por lo que habían hecho,así como él.
Armando se volteó para verlo,extendiendo con cuidado el vaso hacía su amigo quien lo miró tan solo un poco...tenso,y él se dió cuenta de eso por lo que solo le sonrió con total honestidad haciéndole saber que todo estaba en orden. Y esa sonrisa fue suficiente para que Mario sujetará el vaso,devolviéndole una sonrisa a boca cerrada que logró tranquilizar de igual manera a Armando quien ya había comenzado a servir su propio vaso.

De alguna manera,le alegraba saber que Calderón estaba bien con lo ocurrido.

Bebieron en un silencio cómodo,bastante cómodo a decir verdad lo cual era tan solo un poco inquietante.
Mario estaba recargado en el respaldo del sofá,mientras Armando estaba inclinado hacia al frente.
El primer nombrado mantenía su mirada fija en el rostro de Armando o lo que veía de el,podía observarlo bebiendo tranquilamente,con su cabello desordenado a causa de sus propias manos,la camiseta blanca remangada hasta los codos,sus manos marcadas sosteniendo con firmeza el vaso para llevarlo a sus labios...tragó saliva y apartó la mirada tan solo un poco nervioso por lo que pensaba soltar.

-Y...¿Le gustó?.-Se atrevió a preguntar,mientras bebía de su vaso con la mirada puesta en la mesa frente a ellos.

Armando paro en seco el acercamiento del vaso a sus labios,abriendo los ojos tan solo ligeramente sorprendido por la repentina pregunta. Movió lentamente su mano para beber pensándolo un momento.

-Mucho.-Afirmó,dando el trago para empujar su propio cuerpo hacia atrás,quedando en la misma posición de Mario quien lo miró a los ojos,y él hizo lo mismo.

Tan solo pudo observar una sonrisa de parte del castaño,quien viajó su mirada al frente contento con su respuesta.
Mendoza lo observó con atención por unos segundos,para volver a beber algo perdido en su mente.
Entonces viajó su mirada hasta el reloj en su muñeca,viendo que ya se estaba haciendo tarde. Por lo que volvió a inclinar su cuerpo hacia adelante para dejar su vaso sobre la mesa.
Por lo cual Mario vió la hora de reojo,inhalando en silencio para beber lo que le quedaba en el vaso y levantarse al mismo tiempo que Armando.

-Se le hace tarde,mi señor ex presidente y cómo se va usted solito es mejor que sea pronto. No quisiera que me le pase algo.-Añadió bromeando,mientras apretaba suavemente su hombro llamando a atención de Armando,quien rodó los ojos y sonrió levemente asintiendo para terminarse su trago.
Fue acompañado por el castaño hasta la puerta,pero antes de que el contrario pudiera abrirle la puerta él lo detuvo,provocando que Mario se diera vuelta quedando recargado sobre la puerta por la repentina cercanía de Armando que había recargado sus manos sobre la misma.

-Mario...-Mencionó sin saber si quiera lo que hiba a decir,pero no tuvo tiempo para preocuparse por eso cuando sintió al otro atrapar sus labios,por lo que cerró los ojos permitiéndose el disfrutar la cálida sensación tomando con una de sus manos el cuello de su amigo,besándolo lentamente.
Y una vez que rompieron el beso,Armando suspiro silenciosamente observándolo a los ojos.-Yo...debo irme,Mario-.
Murmuró apartando un poco su cuerpo,y él nombrado tan solo asintió.

-Lo veo mañana,tigre.-Respondió el castaño con un sonrisa,empujando lentamente a Mendoza para apartarlo de él y cuando lo hizo por fin se dió la vuelta,abriéndole la puerta.
El de lentes le dió una última sonrisa antes de pasar al lado suyo.

-Mañana,chao.-
Concordó,despidiéndose para tomar camino hasta el ascensor,no sin antes oír un "chao" de Mario quien al verlo entrar al ascensor,volvió a entrar a su apartamento y caminó hasta la sala donde observó la botella junto a los dos vasos. Y sin apartar la mirada de ese punto,acarició sus labios con lentitud recordando cada beso que recibió de su jefe,su mejor amigo.

Dios,esta noche permanecería totalmente fresca en sus mentes.

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NO PUEDE SER ES SUPER CORTO,PERO SI NO LO SUBÍA ME TARDARÍA UNA ETERNIDAD EN ACTUALIZARLO.

He estado teniendo problemas de ánimo y motivación,mi inestabilidad va en aumento y eso me provoca bloqueos super largos y mucho agotamiento,esto lo escribí hace un mes y no lo seguí para no arruinarlo debido a la poca motivación.

Igual intentaré actualizar pronto y que el próximo capítulo sea decentemente largo,lamento mucho la espera y les agradezco a los que están leyendo y apoyando.

Perdón por el capítulo tan corto,¡Se los voy a compensar!.

CASTLE.[ARMARIO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora