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Después de la cena, Minji insistió en comprar helado y después de que el padre de Yoohyeon le diera algunos billetes se dirigieron a la tienda de conveniencia más cercana. 

"El de chocomenta es asqueroso."

La nariz de Minji se arrugó ante la elección de la rubia quien la fulminó con la mirada y abrazó con fuerza el bote de cartón. "El chocomenta no es para débiles como tú." 

"¿Yo? ¿Débil?" Soltó una carcajada. "Podría romperte en dos sin problema alguno." 

Yoohyeon resopló. "Me gustaría verte intentarlo." 

No creyó que realmente intentara algo. Debió pensarlo mejor. Minji siempre excedía sus expectativas y ahora no sería diferente.

Puso sus brazos alrededor de su cuerpo y apretó con fuerza mientras la rubia gritaba y forcejeaba tratando de soltarse del firme agarre de Minji quién reía escandalosamente a su oído. 

"¡Está bien! ¡Para! ¡Para!" Gritó. "¡Quedó claro!" 

Minji aflojó su agarre sin soltarla y Yoohyeon salió enseguida de sus brazos arreglando su cabello y regulando su respiración. "Eres un gorila."

Se echó el cabello hacia atrás y cayó sobre su hombro mientras sonreía triunfalmente. "Llevaremos de chocolate." 

"Pues ya que." Yoohyeon no iba a retar a ese luchador de la wwe de nuevo y la sensación de la cercanía de Minji aún no desaparecía y no podía dejar hacerla desaparecer. 

Pagaron en caja y salieron del local, la pelinegra no perdió el tiempo y arrancó el sello del bote de cartón mientras le ofrecía una cuchara de plástico sacada de la sección de refrigerados a la más baja. 

El sabor a chocolate invadió su paladar y se vio en la necesidad de tomar otro bocado satisfecha con la elección de Minji quién en respuesta le sacó la lengua infantilmente y le dedicó una mirada de 'te lo dije'.

Se sentía tan raro. Ahora si se sentía como si fueran... ¿Amigas? -tal vez- sí podían serlo... No. No podía seguir en negación. Ya eran amigas. 

Si entonces esta era la verdadera Minji, no lograba entender porqué tantos años de hostilidad, de desearse la muerte la una a la otra. 

"¿Por qué siempre fuiste tan mala conmigo?" 

La pelinegra se encogió de hombros. "Ya sabes como puede ser la escuela." Murmuró mientras tomaba otra cucharada.

Todos sabían como era. No era tan terrible como las películas y los dramas la hacían parecer, pero si existía esa separación de jerarquías que socialmente hacia "mejor" a unos. En ese contexto, era comprensible. Pero aún así entre ellas, las cosas se sentían como algo personal. 

"Pero, ¿por qué?" 

Minji levantó la cabeza hacía el cielo y suspiró. Y habló con su voz fuerte y clara. "Estaba celosa." 

"¿Celosa?" Eso era imposible y tuvo que asegurarse de que escuchó bien. "¿De mi?"

Dejó salir un gruñido y encajó la cuchara en el helado. Yoohyeon decidió que era mejor guardarse los comentarios sobre gérmenes. Después de todo ya estaban compartiendo todo el cartón. 

"En verdad eres muy inteligente." Dijo finalmente. "Estúpidamente inteligente, como siempre traté de ser. Pero no pude y eso me frustraba. Sabía que nunca conseguiría una beca por desempeño escolar y es por eso que decidí practicar voleibol. Nunca quise jugarlo, pero si eso significaba que mi abuela no tendría que trabajar tiempo extra para ayudarme con los gastos escolares, entonces lo haría." 

El guardián secreto...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora