El sol del sábado se asomaba a través de las montañas. Hoy es el día de la excursión al dichoso Lago Fishmorl. No me mal interpreten, una buena salida académica de campo es algo que siempre me tiene de buen humor pero en esta ocasión produce el efecto contrario.
Tal vez sea el día o el horario. Vamos, 8 de la mañana, a esta hora sigo en la novena nube.
Sin embargo, mi meta fija de seguir manteniendo mis buenas calificaciones como lo he estado haciendo prácticamente toda mi vida, logra que deje de lado mi cansancio fatal y me levante de cama para venir a la escuela. Aunque debería haber esmerado un poco más con mi cabello, que ahora, y que a pesar de no ser largo (solo me llega hasta los hombros) es prácticamente un nido de cuervos. Una maraña de nudos y alboroto en negro azabache.
Creo recordar tener una bandita en uno de los bolsillos de mi mochila, mas tarde la buscare. Por ahora, dejare que el agua fría del baño de mujeres golpee mi cara y me despabile lo suficiente para estar dos horas seguidas e ininterrumpidas despierta. Abofeteo con calma mis mejillas y estas se pigmentan de rojo haciéndome parecer más a un humano que a un vampiro.
Tomo mi mochila y marcho hacia el pasillo, hileras e hileras de casilleros, posters y la pizarra de anuncios me dan la bienvenida en una escuela vacía en donde reina el silencio penetrante de un sábado por la mañana. Solo recordarlo me da escalofríos y más somnolencia, jamás había extrañado mi cama tanto como ahora.
-¡Vamos, Lindsay, estamos atrasados! -Grito Eva Jefferson, mi rubia y bien cuidada profesora de deportes de 39 años que desafortunadamente seguía soltera y que me esperaba, sosteniendo la puerta de cristal con una mano y una lista con nombres en la otra. Rezongue al verla apurada.
—Lo siento pero estas no son horas para que mi cuerpo funcione al cien por cien, si me entiende.
—Creo que demasiado y la verdad eres una pena, ¡tan buena estudiante que eres! Solo ruego a Dios a que no te desperdicies como Jake o el grupo de porristas, mucho maquillaje pero pocas neuronas, querida.
—Irónico, usted las entrena —dije y traspase la salida que me ofrecía. Mi profesora grazno y rio.
—¿Por qué crees que lo digo?
Reí y gire los ojos, con mi profesora a mis espaldas y un autobús amarillo repleto de todos mis compañeros en mis narices. Las voces, gritos y risas en octavas altas eran igual de placenteras que mi despertador esa mañana, pero debía lidiar con aquello, después de todo, con un hermano hiperactivo de 9 años estoy acostumbrada a ruidos molestos.
Al poner un pie dentro del vehículo, levante las cejas sorprendida de ver a mi joven profesor de Biología fuera de su habitual camisa, corbata y pantalón de vestir y siendo reemplazadas por un aspecto más casual, más de campo. Sobre todo, me llamo la atención que estuviese sentado detrás del volante.
—Buenos Días, Jensen.
Me saluda inclinando la cabeza, respetuoso como siempre —No tienen nada de bueno si es sábado por la mañana.
—Solo busca un lugar.
El tono de cansancio y derrota aun acompañada por una sonrisa me hizo seguir su consejo y me fui hacia la parte trasera donde Alexandra, mi mejor amiga desde que tengo uso de razón, me tendría un lugar reservado junto a su impecable cabellera rubia.
O juro por Darwin que la acosare con ranas una vez lleguemos al lago.
—¡Oh por Dios, mira que cosa tan bella, hasta y te pareces humana!
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Supernova
AdventureTras un incidente que no pasa desapercibido para la comunidad de Treidville, Lindsay Jensen, conocida como "La Guardiana de la Chispa" dentro del Circulo Inferior del Submundo, deberá hacerse cargo e intentar limpiar su nombre cuando una joven, Nova...