Capitulo II

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Que situación más absurda. Se suponía que seria un viaje tranquilo y monótono al lago para intentar tener al menos una calificación decente en Biología que no necesito, sin embargo, el destino tenía otros planes. En especial para mí.

Simplemente, yo ignoraba lo que me esperaba.

Obligados a esperar en el parador de la posada frente al Lago, con un aire rustico y acogedor, decidí volcar mi atención en mis notas y en la taza de capuchino con avellanas que humeaba a mi lado. Alexandra y Zack mantenían conversación, igual de aburridos que yo pero al menos con sus mentes libres de preocupaciones sobre posibles extrañas razones que involucrase algo sobrenatural. No los culpo.

-Lins, ¿podrías unirte a la conversación, por favor? Verte escribir compulsivamente me pone los pelos de punta -dice Zack y lo miro por debajo de mis pestañas.

-Es la costumbre -murmuré, turbada -de todas maneras los puedo oír, sigan hablando.

Era claro que mentía, no estaba escuchando una simple palabra de lo que decían, mi mente estaba muy empecinada en seguir pensando en aquella moribunda chica que Lucas Fuller había cargado en sus brazos hasta este lugar y que ahora descansaba en el piso de arriba hasta que la ambulancia arribara.

Hubiese sido mas fácil llevarla a un hospital pero la política de que sea una menor extraviada no lo permitía. Es ilógico.

Tan ilógico como que una chica anduviese sola por estos misteriosos bosques, sin nada más que la ropa que llevaba puesta, excesiva para un lugar con el clima caluroso como el nuestro. No tenia sentido y yo intentaba encontrarle la vuelta de rosca al asunto, simplemente no podía deducir que era.

Elliot no paso por mi cabeza en ningún momento y supe que era algo bueno, aunque se notase tan perturbado igual que yo en la soledad de su mesa. Todos querían estar alrededor de él, según decían era bueno en deportes y casi tan bueno como yo en los estudios pero a todos nos daba la misma sensación de miedo cuando lo veías.

El estaba tan lleno de secretos como yo.

O eso pensamos.

En medio del silencio, algo estallo y un golpe seco sacudió el suelo. Pequeños cristales volaron por los aires afuera de la posada, podíamos observarlos por los grandes ventanales y todos se abalanzaron para una mejor vista. Me lance sin pensarlo y prácticamente me aplastaron contra el vidrio y fue allí donde la vi. Eva Jefferson, mi profesora de deportes yacía en el suelo inconsciente, con cortes y golpes en su cuerpo.

Por un momento la creí muerta y el corazón se me detuvo. Esa mujer me había tendido la puerta esa misma mañana y ahora estaba muerta frente a mis ojos. Mis sentidos se desconectaron del mundo, ignore los gritos y los pies que se movían hacia ella. Simplemente me deje estar.

Hasta que otro grito, de advertencia sonó a mis espaldas. Mi cuerpo se movió involuntariamente al intuir el pánico en la voz y vi como esa misma chica aparentemente moribunda apuntaba al cuello de Cinthia Laurens con una navaja de caza. La pequeña figura de porcelana temblaba y lloraba cual animal atrapado en una trampa con el cazador armado frente a ella.

Dentro de mi, la guardiana dentro de mi, reacciono y no dude en que debía hacer algo. Tome mi daga y mandada con el mango sujeto a mi mano hacia la chica, sin percatarme de los pedidos de calma de la gente del lugar ni del llanto generalizado que se había armado, yo simplemente marche, reclamando autoridad ante la situación.

-¡Un paso mas y le abro el cuello! -una voz potente salió de los labios de la captora ejerciendo presión en la piel suave de Cinthia que estanco un chillido entre sus dientes. Pude notar el temblor en su mano que contradecía con lo resuelta que sus penetrantes ojos grises relucían. Me detuve al creer que podía utilizar ese estremecimiento a mi favor.

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⏰ Última actualización: May 10, 2015 ⏰

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