Un mundo espiritual lleno de misterios, asesinatos, conspiraciones, traiciones y emociones.
Donde el Dr. Jado se encuentra en una contradicción entre la moral y el deber para un bien común.
Será que dejará corromperse o seguirá sus ideales. La delga...
Los luceros resplandecían en nuestra habitación, dejándome ver su hermosa sonrisa que provenía de sus adentros; causando en mí aquel sentimiento cálido de mil soles en mis tambores.
Aquellos mares aguamarina lograban hacer que las sabanas se tornaran tan suaves en un solo tacto, aquella risa lograba ser tan contagiosa que la mayor parte de las personas lograban sacar al menos una perla de alegría. Era de las pocas estrellas que habían llegado a la tierra para revolucionar al mundo para bien, sus ideas, sueños, aspiraciones y ambiciones se resumían al bien común.
Eso fue lo que termino de enamorarme de ella...
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De mi amada Kalem, mi pequeña científica de gran corazón e inteligencia que estaba lista para comerse al mundo; únicamente de un bocado con aquella bondad de su alma.
Aun recuerdo la primera vez en la que nos conocimos, choque accidentalmente con ella tirando todos sus apuntes de investigación alrededor de ella (quien se encontraba ahora en el suelo). Al principio pensé que reaccionaria de forma defensiva como cualquier persona normal, pero resulto que solo me regalo una sonrisa amable dentro de aquel penoso momento; lo cual me sigue dejando aun hoy (más de un siglo de matrimonio) desconcertado.
Ayude a mi futura compañera de la ciencia (pese a que me pidió que no lo hiciera) a recoger sus cosas. Al igual que ponerlas en orden, pues al ser el último día de graduación de la academia era más que evidente que era su boleto al CGEE (Ciudad de los Grandes Estudios Espirituales).
Trate de guiarla a su salón en modo de disculpa, sin embargo, ella se adelantó robando mi aliento con aquel correr en los pasillos del IUEIP (Institución Universal Espiritual de Investigación Profunda). Aquel zumo de naranja emitido de su piel, me había embobado como un niño al probar por primera vez su caramelo favorito; no es más allá que eso, es cuando tus ojos logran hacer ese "Clic" con el amor de tu vida.
Conforme el relativo tiempo trotaba a paso lento, comenzamos a hablar más y más; puesto a que nos agregaron al mismo escuadrón de investigación del CGEE siendo una gran sorpresa para ambos.
Nos convertimos más que cercanos y nuestra vida comenzó a tejer nuestro hilo rojo, dejando un hermoso encaje de amor en una bufanda de vida; una que se convirtió en miles llenas de felicidad.
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La eternidad se volvió relativa, dejando en nuestro camino el goce de unos como las amarguras ácidas de muchos otros puesto a que era uno de los grandes amores que no se veía desde hace más de un milenio; en donde aquella flama incandescente no se iba a extinguir tan fácilmente.
Era más que perfecto, era simplemente magnificente en su simpleza de su existir. Planeábamos muchas vidas como reencarnaciones mientras tratábamos de conciliar una pequeña familia; teniendo la vida eterna resuelta hasta ese momento...
Ese fatídico momento que me metió en esa cueva maldita...
Gobernada por una tiranía húmeda, gélida al igual que rota; en donde alguna vez Platón navego, describiendo el dolor que había dentro de ella...
