II: Crash Landing

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II: Crash Landing

—Deberíamos irnos ya o perderás el vuelo —Le dijo la asistente.

—Solo un poco más... —Gong Jun todavía estaba en el vestíbulo del hotel, esperando, negándose por completo a partir—. Unos minutos más... —Se levantó, caminó un poco y luego se sentó, sacó el teléfono, revisó el tiempo, marcó un número y luego colgó, impacientándose con cada minuto que pasaba.

—¿Qué estamos esperando? —Preguntó el manager—. ¡Debemos irnos ahora!

Gong Jun había llamado a Zhehan varias veces, le dejó un mensaje de voz y le envió mensajes de texto, pero no se atrevió a tocar la puerta de su habitación. Miró la hora nuevamente y, de hecho, ya no había suficiente tiempo para esperarlo, así que decidió correr el riesgo.

—Olvidé algo arriba, quiero ir a buscarlo.

—Iré a buscarlo por ti —la asistente se ofreció.

—No. Iré yo —Se apresuró antes de que ella pudiera retrasarlo más. El ascensor ya estaba lleno de gente que entraba y salía, así que tomó las escaleras hasta el décimo sexto piso. Corrió por los pasillos hasta que finalmente llegó a la habitación de Zhehan... solo para ver la puerta abierta. Apoyó las manos en las rodillas y jadeó incontrolablemente ante el repentino ejercicio, vacilando un poco antes de entrar en la habitación—. ¿Por qué no respondiste mis llamadas? —Dijo mientras entraba casualmente en la habitación.

—¡Oh, hola! Zhang Zhehan y su equipo se fueron muy temprano en la mañana —la señora de la limpieza dejó de hacer la cama y lo miró—. ¿Hay algo en lo que podamos ayudarlo? ¿O Zhehan olvidó algo? —le sonrió ella.

Y fue como si le hubiera caído un rayo que le dejó quemaduras de tercer grado en el alma. Le tomó un tiempo recuperarse de la descarga de alto voltaje hasta que finalmente comprendió lo que dijo la señora.

—¿Se fueron...? —Parpadeó para eliminar las lágrimas que ya se estaban formando y se tragó los millones de pedazos de su corazón roto—. ¿Él se acaba de ir...? —Solo quería un adiós...

***

Zhehan se sentó en la parte trasera del auto haciendo todo lo posible por no imaginar la expresión angustiada y los ojos llorosos de Gong Jun cuando descubriera que se había ido sin decir una palabra. Apagó el teléfono y suspiró con frustración mientras se recostaba en el asiento. Observó a la gente común andar en bicicleta y caminar a zancadas por las calles, observó a las parejas al azar tomados de la mano y paseando entre los cafés, las tiendas, los puestos de té con leche... Envidió a los que eran libres, que no tenían grandes responsabilidades con nadie excepto sus parejas...

Zhehan no era ajeno al mundo del espectáculo y la fama, conocía cada rincón y cada hoyo, aprendió todos los trucos y consejos e incluso había dominado algunos de ellos. Pero lo único que aprendió de la manera difícil fue a aceptar y tolerar los comentarios negativos de las personas que estaban al pendiente de cada una de sus decisiones y de cada uno de sus movimientos. Sabía muy bien que era imposible controlar los pensamientos y acciones de otras personas, y como eligió este camino de la fama tuvo que aprender a lidiar con eso, y eso fue lo que hizo. Aprendió a ignorar los rumores y aceptar las verdades.

Construyó una fortaleza alrededor de su corazón y la negatividad ya no lo afectaba, no le importaba el odio o los anti-fans, tampoco le importaba que la gente se enterara de sus relaciones personales, él ya había establecido una audiencia nacional e internacional que lo amaba por su trabajo duro, una que lo apoyaba y que apreciaba sus esfuerzos en todo lo que hacía.

Sabía que actuar en una serie de BL se trataba de una cosa y tener una relación romántica con el coprotagonista otra, y sabía que esto último siempre se consideraba fanservice y publicidad, por eso siempre se negó a mezclar el trabajo con las relaciones personales.

Six Degrees Of SeparationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora