Hablemos

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Narra Diego:

Habían pasado un par de horas, después de ver aquella escena que, por alguna razón, me dolió demasiado, corrí hacia la cabaña, no me sentía con el ánimo de volver con mis amigos, no quería hablar, y no quería que me vieran llorar, así que al llegar, me fui a mi habitación, y no pude contener las lágrimas, era la primera vez que me sentía así, no estoy seguro del tiempo que me quedé en la cama, llorando, pero, me quedé profundamente dormido, totalmente agotado por llorar.

Narra Mateo:

Después de haber encontrado a Diego dormido, me dirigí a mi habitación, pero, no lograba conciliar el sueño, al ver sus ojos hinchados sentí una opresión en el pecho, por saber que probablemente fui yo el causante de sus lágrimas, no entendía muy bien su reacción, aunque, ahora que lo pienso, también yo me puse molesto al verlo con otro chico, espero poder aclarar las cosas con él, y de pronto, una idea llegó a mi cabeza, recordé que él me había preparado el desayuno, así que quise devolverle el gesto, preparando la cena, era la oportunidad perfecta para que habláramos de lo sucedido, así que me levante de la cama y me dirigí a la pequeña cocina que había, una vez ahí, pensé en que podría hacer, por lo visto a él le encantaba cuidar su alimentación, tanto como a mí, sin embargo, la suerte parecía no estar de mi lado, pues de pronto se fue la luz, al mirar por la ventana pude visualizar que se avecinaba una tormenta, no pasó mucho tiempo cuando las primeras gotas de lluvia comenzaron a caer, opte por quedarme sentado en el sillón, para apreciar la lluvia, por alguna extraña razón me relajaba ver la lluvia, aproveche esto para pensar que le diría a Diego.

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Narrador omnisciente:

La lluvia pronto comenzó a tornarse en una gran tormenta, Mateo, permanecía en aquel sillón, que se encontraba justo al frente del cuarto donde dormía el ojiverde, mientras este último, seguía durmiendo, ajeno al drástico cambio de clima que había afuera, aunque eso duró muy poco, pues había algo que casi nadie sabía de Diego, y eso eran sus fobias.
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Narra Diego:

Y de nuevo ahí estaba él, últimamente no paraba de aparecer en todos mis sueños, inconscientemente una sonrisa se dibujo en mi rostro al ver a aquel chico que había robado por completo mi atención, pero entonces, algo me trajo de vuelta a la realidad, haciendo que despertará de mi hermoso sueño, y para mí mala suerte, se trataba de una gran tormenta, no pude evitar comenzar a sentirme agobiado, con miedo, y es que, desde que tengo memoria, le tengo fobia a las tormentas, en ese momento deseaba tanto tener a mi lado a alguien a quien abrazar, sin embargo, eso no sería posible, no tuve otra opción que abrazarme a mi mismo, con la esperanza de que pronto aquella tormenta se iría, conforme pasaban los minutos está no cesaba, ocasionando que, por segunda vez en el día, rompiera en llanto.

Narra Mateo:

Estaba tan concentrado viendo la lluvia, cuando de pronto, escuché sollozos, provenientes del cuarto de Diego, algo dentro de mí me insistía en que fuera a ver, y aunque mi mente me decía que no, terminé por levantarme y acudir a su rescate, no estaba muy seguro de cómo me recibiría, si sería apropiado entrar, así que toque la puerta.

D: -seguía asustado, y cuando escucho que alguien tocaba la puerta, decidió responder con apenas un audible- pase -dijo entre sollozos-

M: -al escuchar su voz autorizando que entrará, abrí la puerta y entre- ho...hola, yo...vine porque escuche tu llanto, ¿estás bien?

Narra Diego:

Amor Verdadero-MatiegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora