Capítulo 3
Fui con mi madre el viernes a la entrega de mis papeles y pudieron revalidar mis materias que tenía allá en México, la directora me aceptó con todo gusto, era una señora de unos 60 (estadounidense), pude notarlo porque tenía un broche en su saco de la bandera de Estados Unidos, ella me asignó mi salón.-Tu salón es el 2B.-Lo dijo con un acento muy horrible del español latino.
-¿Del módulo 3?-Le dije con la voz muy grave
-Muy bien.
Después mi madre me tomó del hombro y tenía una sonrisa como cuando entraba a nuestro nuevo hogar.
-Esta escuela es para ti hijo, hay muchas personas de todo el mundo aquí estudiando para ser mejores.-La vi esbozar una leve sonrisa.
-Diablos, me pregunto si los padres de estos chicos también se divorciaron...
-¡Hay por Dios Julián!
Me respondió muy rápido y con la mirada desviada.
Le sonreí y me tomó de nuevo el hombro.Después de todo ese paso de la entrega de papeles, fuimos a la cafetería de la escuela, era muy enorme y estaba muy bonita, tenía unas mesas enfrente que eran color azul y sobre ellas estaba un domo para que no diera la luz, exactamente no sabia que vendían pero vi como algunos estudiantes llevaban jugos y galletas,quise ir por unas g. Mi madre me dio el dinero suficiente para unas galletas y algo de tomar.
Después me quede pensando en todo lo que viví en mi otra secundaria, desde los profesores, ya no verían al chico que no era tan enfadoso como el resto del grupo.
Gerardo el profesor de ingles (y mi favorito) ya no me vería en sus clases y se quedaría como ¿Qué mierda paso con Julián? Y su curiosidad iría directamente a la oficina del director y preguntaría por Julián, demonios todo me afectaba, lentamente pero poco. Las galletas de terminaron y el jugo estaba apunto de acabarse, me levante puesto que mi madre me dijo que nos fuéramos a casa, nos dirigimos al enorme estacionamiento y nos subimos al carro, justo en ese momento llego un sujeto en una BMW y freno en seco, se estacionó al lado izquierdo de nosotros y salió de su camioneta, llevaba unos jeans azules, uno saco color negro y una camiseta blanca, solo me vio de reojo y se fue a uno de los módulos principales. Cuando mi madre prendió el auto mi celular vibró...
Era un mensaje de mi padre, este decía:-Hola Julian, ¿como te va en Canadá? Escuche que hace frío a morir, cuídate hijo, te quiero.
En ese momento no le respondí el mensaje, en cambio apague el celular y conecte al auxiliar mi iPod, le pregunte a mi mamá si quería algo de blues y me dijo que si, y así fue como me inscribí a la secundaria de Vancouver.
ESTÁS LEYENDO
El caso Vancouver
Aventura"La vida es como un giro y no sabes nunca si ese giro pueda afectarte" Julián un chico de 15 años que esta por terminar la secundaria le ocurren cosas que ningún afortunado le puedan pasar, tras el divorcio de sus padre Julián se va a vivir a Canadá...