Corazones

691 77 65
                                    


Corazones

...

Tori actúa muy extraño, prácticamente se lleva por delante todo... bueno, lo que tenga por delante. Y también parece estar muy metida dentro de esa cabezota que tiene.

En el almuerzo, le dije que era tan idiota que solo había atinado a ponerse los anteojos al revés y simplemente asintió... nada más. Ni se molestó en acomodárselo ni explicarnos porque los traía puesto así. Pensé que solo los usaba para leer o relajar la vista en su casa... no importa.

Lo que sí importa y molesta es que parece que tengo algo pegado en la cara o en la ropa que todo el tiempo se está fijando en mí. Ya le juré que si no me dejaba en paz le iba a hacer trencitas con sus cabellos... no con los de su cabeza.

Eso la mantuvo al margen. Aun así, parece que logró encontrar más cosas en las cual fijar su vista mientras se pierde en sus pensamientos.

¿Qué más da? Tori es rara... todos mis amigos son raros. No que considere a Tori mi amiga.

Quizás si sea mi culpa. Le arrebate su trabajito en la inauguración del hotel.

Tal vez solo me mira pensando en un "majestuoso" plan vengativo.

Sea lo que sea debe estar en su celular. En todas las clases, por lo menos en las que me toco con ella hoy, ha estado metida en la pantalla de su móvil.

—¿Qué haces? — le pregunto apareciendo de repente a sus espaldas, intentando husmear en el móvil. Ella se sobresalta y pone cara de pánico.

—No es lo que parece— se defiende mientras mete su peraphone en el bolso y cierra el casillero, dispuesta a escapar, pero no la dejo. La acorralo con mi brazo apoyándolo a la par de su cara.

—¿Qué "no es lo parece"?

—¿No llegaste a ver lo que veía? — pregunta con algo nervioso y yo niego— Nada, nada.

—Mira, si estás buscando la forma de vengarte o buscar revancha con lo del hotel, pues olvídalo. Déjalo por las buenas— le explico y ella me escucha con atención—. De todas formas seguro ibas a espantar a los invitados— ahora noto que no me está escuchando realmente, solo me ve—. Lo digo en serio, no busques problemas conmigo, puedo hacer que realmente lo sientas.

¿Pero qué demonios? La estoy amenazando, ¿Por qué sonríe y asiente?

—¿Qué te pasa?

—¿Eh?

Quizás se golpeó la cabeza con algo y estoy tratando con alguien que tiene un derrame cerebral justo en este momento.

Con mi mano hago que gire su rostro. Si algo le pasó a su cerebro mínimo saldrá sangre por su oreja... ¡Eso sería realmente genial de ver!

—¿Qué-que-que haces?

—Quiero ver si no se te sale el cerebro por la oreja.

Ahora vuelvo a girar su rostro hacia el otro lado, nada. Veo atentamente sus ojos, pero parecen normales.

Asustados, nerviosos pero normales... más blancos... pero eso es porque la chica está como un tomate.

De acuerdo, oficialmente, me preocupa.

—Tori... ¿Te sientes bien?

—Mhm— exclama apenas, asintiendo.

—De... acuerdo...— digo alargando las palabras y soltando su rostro. Está hirviendo, pero si dice que está bien...—. Voy a entrar a clases ¿Segura no quieres que te acompañe a la enfermería? — solo niega— Ok.

Prohibido olvidarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora