Algo había estado dando un empujón a Jiraiya desde el fondo de su mente. Durante semanas fue como si olvidara algo importante -que no debería olvidarse- para no darse cuenta de qué era lo que estaba olvidando.
Meditar en ello no ayudaba, ni siquiera un poco. Lo único que trajo fue más molestia por el hecho de no poder recordar.
Hasta que recordó que podría tener algo que ver con los sapos, o si no, que podría habérselo mencionado a ellos, en cuyo caso podrían ayudarle a recordar de qué se trataba.
Hasta que convocó a mamá y papá, así como a Gamabunta. Encontrándose sumergido en recuerdos que no eran suyos, así como recuerdos de su invocación que hablaban de las cosas maravillosas que su ahijado había hecho a lo largo de los años. Así como todo lo que Naruto estaría haciendo ahora, había logrado regresar en el tiempo.
Parpadeando un par de veces mientras todo se procesaba, se sentó pesadamente. Su cabeza en su mano mientras trataba de darle sentido a todo lo que había en sus propios recuerdos, así como en los de Ma y Pa.
"¿Qué ha pasado? ¿Cómo sucedió esto?"
Pa suspiró: "Sabes tan bien como yo que el reino de la invocación está fuera del mundo shinobi normal, Jiraiya-chan. Cuando Naruto-chan regresó junto con el invocador de serpientes y babosas, su versión de ese reino se fue con ellos. Después de todo lo que los tres hicieron por el mundo, y por nosotros, no me pareció bien dejarlos solos".
Gamabunta se rió por encima de sus cabezas: "Ese gaki es incluso mejor que sus padres juntos, para saber que tiene una ventaja ahora mismo. Será increíble verlo".
Mirando al sannin a los ojos, añadió: "Y estoy seguro de que se alegrará mucho de saber que estarás allí para verlo con él. Te ha echado mucho de menos, Jiraiya".
Jiraiya pudo ver la verdad en los tres pares de ojos que tenía frente a él, y la parte que recordaba lo que había sucedido debido a su propia conexión con el reino de la invocación no pudo evitar sentirlo por Naruto. El rubio niño sol que lo había acompañado, lo acompañaría durante dos años en un viaje de entrenamiento. El mismo niño sol que había logrado convencer a Tsunade de volver a Konoha después de todo lo que había pasado allí.
Sacudiendo la cabeza, no sabía qué pensar de todo esto. Excepto que se alegraba de que pudieran pasar más tiempo juntos. Antes se había visto obligado a mantenerse al margen, a no dejar que el heredero Namikaze-Uzumaki supiera de su conexión, ni de sus padres y lo que podían hacer.
Una parte de él nunca perdonaría a Hiruzen por haberle dicho que el niño había muerto con sus padres, para luego retractarse, diciéndole a su alumno que habían querido mantener a Naruto a salvo del nombre que sus padres se habían hecho. Era bastante obvio quiénes eran los padres de Naruto si se miraba al niño. Mantener a los últimos miembros de su familia, consanguíneos o no, lejos de él no iba a cambiar eso.
De repente, le vino un pensamiento: "Espera, los tres han vuelto. Entonces, ¿eso significa...?"
Ma y Pa asintieron: "Esto significa que los otros sannin también recuerdan, o deberían recordar, el momento en que invocan a Katsuyu o a Manda. O, por supuesto, cuando les obligues a hacerlo".
Sonriendo cuando le dijeron esto, Jiraiya asintió, invocándose a sí mismo de vuelta a su propio reino. Necesitaba encontrar a dos compañeros descarriados, algo le decía que estarían mejor de vuelta en Konoha.
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Obito -o Tobi, como se llamaba ahora- sabía que algo era diferente. Desde que se despertó en aquella cueva con un brazo nuevo, podía sentirlo cuando la naturaleza captaba esos ligeros cambios en el aire que significaban que algo se acercaba.
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Estaria Dispuesto a Todo Siempre y Cuando no Tenga que Perderte
FanfictionEn un último intento, mientras eran los únicos supervivientes en su propio tiempo, Naruto modificó el jutsu característico de su padre para romper el espacio-tiempo y viajar al pasado. La vida quiso que a Kakashi le diera un ataque al corazón cuando...