Fate: Black Dawn

Capitulo 3: Una Bruja y el Torneo, parte 2

Destino/Amanecer Negro
Una bruja y el torneo, parte 2

Sus ojos se posaron en él cuando entró. Él había pensado que su sonrisa no podía crecer aún más, pero ella parecía enloquecedoramente complacida con él, independientemente de cómo él mismo se sintiera ajeno a la respuesta de conmoción de la terriblemente corta coincidencia. Ya habían estado aquí durante horas, y algunos de los "mejores partidos" (en su opinión) habían tomado más de minutos.

No era que estos hombres fueran encontrados deficientes, era que él había sido templado en fuegos más grandes que ellos. El elemento de confusión con su estilo de lucha, su determinación resuelta, eran solo obstáculos que debían eliminarse. En la forma menos violenta que pudo imaginar en ese momento, con suerte.

"Así que eras un espadachín". La voz de Morgan revoloteó en su conciencia, y sus divertidos ojos verdes le dieron una pausa para despedirla sin palabras.

"No." Se conforma, pero no da más detalles. Ella parece aceptar esto y vuelve su mirada hacia la caja donde ve la mirada de su hermana firmemente absorta en su nueva herramienta.

¿Te gusta, hermana querida? Si es así, lo haré mío. Con mucho gusto, de verdad, es igual de rival para cualquiera de los encantadores hombres con los que te cortejas. Pero tales pensamientos eran mejor guardados para más tarde. Esto era un negocio, lo que haría después sería un placer.

A la bruja no le excitaba la barbarie, pero reconoció a alguien con una devoción tan resuelta por una causa...

Y el tipo de actitud repugnantemente viciosa con la que se acercaban a los obstáculos. Eran almas gemelas, incluso si "Shirou" aún no lo sabía. Y, para Morgan, su cuerpo era solo otra arma. Uno que le diera más placer usar que los cuchillos.

Los hombres eran criaturas simples. Y Morgan no se había perdido las miradas que le había lanzado a su hermana. Sin embargo, la pregunta que entró en su mente...

¿Es esa mirada porque ella es como yo, o porque yo soy como ella?

++x+x+xx+x+x+x

"Mi Rey-" murmuró Lancelot, mientras la competencia se reanudaba abajo, dos hombres tomando el campo y arriesgando la vida y las extremidades para exhibirse ante el Rey y el País. "Ese guerrero-"

"Lo sé, Lancelot". Su voz era suave y segura. Incluso cuando sus ojos no abandonaron la forma estoica que se encontraba en la sombra detrás de su hermana descansando. Sus dedos apretaron la empuñadura de Excalibur mientras que el otro se desgastaba en la madera de su asiento. La política era fea, y decía mucho que Morgan, quien solo había recomendado a Agravain para sus asientos, pusiera su nombre detrás de tal guerrero y, en lugar de usar sus palabras sinuosas y controladoras, lo hiciera participar en un concurso como este para poder hacer respetar y exaltar su talento.

Y tenía talento. Peor que eso, había algo hábilmente familiar en la forma en que se había acercado a su oponente. Le recordó los veranos de su juventud, que pasó aprendiendo a pelear y protegerse a sí misma y a los demás de manera eficiente con la espada.

Era una versión muy bastarda de su propio estilo de espada, en cierto modo. Pero al mismo tiempo, era diferente. El enfoque en la redirección y el mínimo de movimiento, las fuertes aceleraciones que normalmente solo eran viables debido a su capacidad para concentrar su energía mágica en una explosión...

Pero no había ninguno. En el lapso de unos segundos, había desmantelado a su enemigo sin exponer nada más que él era un buen espadachín. Ese estilo de lucha de dos espadas no era reconocible en lo más mínimo, lo único que parecía similar eran los sajones de antaño que serían como monstruos en carne humana--