Capítulo 1

16 0 0
                                    

El simple hecho de tener hermanos menores hace que, desde el momento en el que nacen, las horas de sueño disminuyan a cero

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El simple hecho de tener hermanos menores hace que, desde el momento en el que nacen, las horas de sueño disminuyan a cero.

—¡Buenos días, Avocado!

Dos rostros completamente idénticos entran por la puerta de mi habitación. Ashton y Adeline son gemelos. Tienen seis años y son la cosa más preciosa que he visto jamás, con su cabello rizado y sus ojos claros como una oliva.

—Buenos días, pequeños terremotos. —ambos suben a mi cama y se ríen escandalosamente, mientras saltan.

Se escucha un estruendo al otro lado de la pared y pasos acercándose.

—¿Por qué mierda gritan tanto? Son las siete de la mañana... —Jack entra por la puerta. Él es mi otro hermano, mayor que yo por dos años.

—Creo que se despertaron con mucha energía. —sujeto a Ashton por el tobillo y jalo de él para tumbarlo. Ambos gritan y se lanzan sobre mí-. A ver, peques, vayan a cambiarse que hay escuela.

Saltan de la cama y corren hasta Jack.

—Oh, mierda. —suelto una carcajada cuando nuestros hermanos se lanzan sobre él, haciendo que su culo impacte con el suelo—. ¡Gemelos!

Rápidamente se levantan y vuelven a su habitación para vestirse. Me desperezo y bajo de la cama de un salto justo cuando mi hermano se queja y se endereza.

—La próxima vez que digas malas palabras frente a los gemelos te corto un huevo, ¿oíste?

Me observa con unos ojos azules confundidos. Crucé los brazos. Parece recordar y se tapa la boca con ambas manos:

—Ay, carajo, perdón. —arqueé las cejas—. Eh... digo... lo siento. —reí.

—Idiota. —paso por su lado y voy directo al baño.

En realidad, Jack no es mi hermano de sangre. Mis padres se divorciaron cuando yo tenía cinco años, y a los nueve mi madre me presentó a Jack, de once años, y a Jeremy, su padre. A los doce se casaron y en su luna de miel nacieron los gemelos.

Pero ese es un tema para otro momento.

Por el lado de mi padre no hubo mucho movimiento de su parte. Literalmente, ni uno. El hombre sigue —palabras suyas, no mías— felizmente soltero, y así lo estará durante un largo tiempo.

Creo.

La causa de su divorcio es desconocida para mí; ellos nunca me lo contaron y yo tampoco me atreví a preguntar. Mientras sean felices y se lleven bien, está bien para mí.

Aunque, ahora que lo pienso, ellos nunca hablan de algo que no sea sobre mí. Pero supongo que es así igual que en cualquier divorcio... ellos no son amigos, solo son padres de una hija, supongo.

Luego del baño, me visto con mi uniforme, que consiste en una camisa blanca, falda verde a cuadros, corbata verde, medias azules y zapatos negros. Estamos a fines de invierno pero el clima aún es fresco, por lo que decido ponerme el sweater azul con el logo de la institución y separo mi campera de abrigo color beige.

DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora