Parte 1

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He sido invitada a una fiesta por parte de uno de mis compañeros de trabajo, y ahora mismo estaba eligiendo el vestido que llevaría puesto para gozar hasta lo más mínimo de esa fiesta; tenía más de dos meses sin salir a una, y esta la tenía que aprovechar.
Me tenía que apresurar a elegir el vestido, mi jefe de trabajo pasaría por mi en menos de una hora para ir juntos. Tomé un vestido largo color negro, unas zapatillas un poco altas, también de color negro y con detalles dorados, mi bolso donde llevaba mi labial y una camisa un poco larga por si me quedaba a dormir en esa casa y por si no tenía la voluntad de pedir un taxi al amanecer y regresar a casa. Luego fui al baño a lavar mi cara, para después maquillarme un poco. Dí un poco de volumen a mi cabello, me perfumé, y ahora ya estaba lista.

Pasaron al rededor de 25 minutos y mi teléfono celular sonó; era mi jefe.

-Estoy fuera- me avisó.

-Ahora salgo- le respondí colgando la llamada, para después tomar las llaves de mi departamento, dar una mirada más al espejo y salir.

Lo vi por la ventana del carro, venía acompañado de una chica la cual nunca había visto. Me acerqué al carro abrí la puerta y entré.

-Buenas noches- saludé a ambos.

-Buenas noches. Lauren, ella es Camila, mi novia- me dijo refiriéndose a la chica que estaba sentada a su lado.

-Hola, Camila- la volví a saludar, ella solo se limitó a sonreír. No dije nada al respecto, y mi jefe arrancó dirigiéndose a dichosa fiesta.

Los aproximados 20 minutos la pasamos en completo e incómodo silencio. Todo el tiempo me la pasé viendo a Camila; llevaba un vestido corto color azul eléctrico, zapatillas negras y su cabello ondulado. En ese momento podía asegurar que ella es hermosa y recién la conocía. Por momentos ella volteaba a mi dirección e intercambiamos algunas miradas. Sus ojos también eran igual de hermosos que ella. De mis pensamientos me sacó la voz de Orlando; mi jefe, avisando que habíamos llegado. Los tres bajamos del auto hasta que Orlando nos dijo que nos detuvieramos.

-Tenemos que disfrutar al máximo esta fiesta, chicas- nos dijo sonriendo, a Camila y a mi.

-Así se habla- le contesté riendo.

Por fuera de la casa donde es la fiesta se escuchaba retumbar la música a todo volumen. Entramos y había un ambiente muy agradable, a simple vista, muchas parejas bailando y algunos grupos de amigos tomando shots. El ambiente perfecto para una fiesta. Vi a Orlando yendo a saludar a algunos compañeros de trabajo. Dejó sola a Camila.

-¿Quires que vayamos por un trago?- le propuse a Camila muy cerca de su oreja debido a la música. La vi estremecerse.

-Bueno, él se fue, así que supongo que si- me dijo haciendo la misma acción que yo con ella. Su voz era tan dulce, digna de una chica como ella.

Le hice una seña para que empezáramos a caminar entre la gente hasta la cocina; donde estaban todos los tragos. Vi una botella de whisky, tomé dos vasos de plástico y nos serví un poco del whisky en estos.

-Toma- le dije dándole un vaso a Camila.

-Salud- dijo chocando ligeramente su vaso contra el mío para después ambas darle un trago al mismo tiempo.

Nos quedamos un rato recargadas platicando en la barra de la cocina, ambas ya teníamos alrededor de 4 tragos en nuestro interior. De mi parte comenzaba a sentir caliente mi cuerpo internamente.

-Eres linda, Lauren- dijo de la nada mirándome.

-Tú no te quedas atrás- le respondí guiñandole.

-Y también eres muy sexy- río al terminar de decir eso.

-Que atrevida, Camila- le dije en forma de broma. Vi sus mejillas ponerse un poco rojas ante mi comentario- hey- le hablé mientras reía- casi te pones como un tomate- seguí riendo.

-Cállate- me dijo dejando su vaso en la barra y tapando su cara.

-Dios- la tomé de las muñecas delicadamente y quité sus manos de su cara. Nos miramos directamente a los ojos. Puedo asegurar una vez más que toda ella era hermosa.

-Camila- escuché a Orlando hablarle a lo lejos, de inmediato la solté y tomé mi vaso. De su parte ella caminó unos pasos sin salirse de la cocina. Parecía nerviosa.

-Hola- saludó al chico una vez había llegado a la cocina.

-¿Que mierda haces aquí?- le preguntó evidentemente ebrio y arrastrando las palabras. Vi a Camila mirarlo atemorizada por su comentario.

-Sabes que no me gusta que me hables así- algo pude asegurar en ese momento; no era la primera vez que él le hablaba así. Al parecer Orlando no se había dado cuenta de que yo estaba ahí. No diría nada de momento, quería oír que más decía y cuando fuera el momento, saldría.

-Se supone que te traje a esta puta fiesta a disfrutar, no a que estuvieras como una estúpida aquí encerrada en la cocina- al escuchar eso, mi plan de oír lo que decían lo tiré al bote de basura y salí a calmar todo.

-Estás muy tomado, Orlando, no le hables así- le dije firmemente.

-Vaya- me miró- no estabas sola, Camila - sonrió.

-Vete- le dijo Camila dando un paso atrás. Ella tenía miedo.

Me acerqué a ella y miré a Orlando a los ojos, retandolo.

-Ve a disfrutar la fiesta con los demás, no la molestes- le ordené.

-Maldita lesbiana- dijo mirando a Camila antes de salir de la cocina.

Camila se acercó a mí y me abrazó, le respondí este abrazándola por la cintura.

-Es un estúpido- le susurré. Luego ella se separó y me miró.

-Recién te conozco y me siento muy segura contigo- suspiró- que tontería.

-Recién te conozco y siento la necesidad de protegerte- sonreí.

No dijo nada después de lo que dije, simplemente me siguió viendo; conectamos la mirada. Ella fue acercando lentamente su cara a la mía y se dutuvo cuando sus labios estaban casi rozando los míos y su respiración golpeaba mis labios.

Hazme olvidar este trago amargo- dijo antes de tomarme de las mejillas y sin más, me besó. Sus labios eran tan jodidamente suaves y cálidos. Sentía que estaba en el cielo.

Me separé un poco de ella y le dije;- le pediré a mi amigo su habitación.- Ella sonrió llena de perversión, la tomé de la mano hasta ambas salir de la cocina- espera un momento aquí- le sonreí antes de ir a buscar a mi amigo cuando lo vi a lo lejos platicar con algunas chicas, me acerqué y le dije que si podía venir un momento.

-Necesito que me prestes tu habitación- le comenté.

-Dios, Lauren- río al mismo tiempo que asintió con la cabeza.

-Otra cosa más- lo miré fijamente- si alguien pregunta por mi, le dices que no sabes absolutamente nada.

-Tú no te preocupes por nada, solo cierra bien la puerta- sonrió- y disfruta de tu noche- me guiñó.

Gracias- le dije antes de salir casi corriendo por Camila y sin decirle nada, la tomé de la mano y la dirijí a las escaleras de la casa, subimos estas, llegamos a la habitación y ambas nos miramos en forma de complicidad.

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Espero que les haya gustado esta primer parte de este one shot. Lo más interesante viene en la siguiente parte. Disfruten mucho.



BOYFRIEND (ONE SHOT CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora