sᴏɴʀɪsᴀs ᴄɪᴛʀɪᴄᴀs | ᵗˢᵘᵏᵃˢᵃ× ᵐᵃˡᵉ!ʳᵉᵃᵈᵉʳ |

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 3

>1008 palabras

— ¡Amigos! — el castaño se acercó
peligrosamente a (nombre) — ¡entonces se mi amigo también!

Las palabras se quedaron atrapadas en la garganta del de ojos (c). Trago duro mirando la expresión emocionada de su contrario, su corazón palpitaba a un ritmo acelerado y sus mejillas se calentaban.

¿Acaso si era joto como se lo dijo una chica random?

— ¿Soy joto?

— ¿Joto?

— Si, seamos amigos —contesto cambiando de tema con un pensamiento en la mente "amigos y luego si quieres algo más, guapo"

— ¡Genial! — riendo infantilmente agarró las manos del (c/c).

En un instante pasaron de estar en los pasillos desolados, a estar en un cuarto que nuestro protagonista asumió como el lugar donde daban los  anuncios matutinos. El sitio estaba decorado dentro de tonos cafés y rojizos, tenía una mesa con dos sillas y encima de esta habían diferentes postres.

— Me tocaste —un segundo de silencio se formó— ¿Cómo?

¿Cómo era posible con Tsukasa y no con Hanako?

— ¡Podemos tocarnos porque ya hay un contrato entre nosotros! — anuncio con emoción, pero parecía como si hubiera querido decir algo más.

— ¿Contrato, De que hablas?

— Al momento de aceptar ser mi amigo , aceptaste el contrato — respondió emocionado, se abalanzo sobre el más alto dándole un fuerte abrazo— ¿Te molesta? — pregunto meloso.

— No, no me molesta —contesto al instante casi en automático, empezó a escuchar un zumbido de interferencia en su cabeza.

— Me alegra, me preocupaba que (nombre) no se si tiara bien conmigo, pero me alegro que me veas bien, a mi.

Suavemente, (nombre) comenzó a dar caricias en la cabeza de su nuevo amigo, si bien no había comenzado su experiencia romántica ya tenía muchos más amigos que antes. Su burbuja fue rota por el timbre, el cual parecía encontrar el peor momento para sonar.

— Tengo que ir a clase Tsukasa.

El castaño solo hizo un puchero, pero lo dejo ir después de sacudirle el cabello.

— Ven a visitarme más tarde ¿Si?

Las clases pasaron con tranquilidad, extrañamente estaba teniendo motivación para prestar atención en las clases y debía aprovecharlo porque eso pasaba pocas veces. Por un momento medito como conoció al par de gemelos, algo que  lo tenía inquieto era el hecho de que su corazón reaccionaba de manera muy diferente con cada gemelo.

Mientras que por parte de Hanako sentía comodidad junto a un deseo de pasarla bien, claro que cómo amigos. Con Tsukasa era un calor en su corazón en ansias de ¿Besar? ¿Abrazar? A aquel gemelo tan lindo. Sin darse cuenta había escrito el nombre de Tsukasa en su libreta, su mano se había movido por si misma, y hablando de su mano. En su meñique tenía un extraña cuerda rojiza atada, dejaba flotando un poco de cuerda que se veía difusa.

— ¿Acaso la dona cubierta de azúcar glass en realidad no llevaba azúcar glass? --miro fijamente a la cuerda o más bien hilo que estaba en su meñique.

"¡Ick!"

(Nombre) volteó la cabeza rápidamente en busca del ruido, sin encontrar nada sospechoso, además de que fue aparentemente el único en escuchar el chillido. Volvió su mirada a su mano, pero el hilo había desaparecido. Su mente por un segundo se nublo. Silencio, y de repente todo el bullicio que era habitual en un lugar lleno de gente lo abrumó, los murmullos, las hojas de los cuaderno, el caminar del maestro, las aves afuera del aula, el mover de una silla rechinando. Todo esos ruidos se intensificaron en un segundo, su cabeza dolía.

Y puff, de la nada todo volvió a su habitual volumen al momento en que el pensamiento de la apariencia de Tsukasa llegó. Ese pensamiento lo calmo, aunque muy en el fondo algo lo inquietaba con el castaño.

Cuando las clases finalizaron ordenó sus cosas calmadamente. Mirando solo por mera curiosidad hacía la ventana observo la figura flotante de Tsukasa quien saludaba alegremente desde afuera.

— Oh, es Tsukasa —comento tranquilamente para seguir ordenando sus cosas, para luego cerrar el bolso de golpe y mirar nuevamente hacía la ventana— ¡Tsukasa!

—¡(Nombre)!

El chico se levantó del asiento con su bolso colgando en uno de sus hombros, ignorando la mirada que le dedicaban algunos de sus compañeros, con una seña para que Tsukasa lo siguiera, salió del aula. Llegando al pasillo solitario dónde conoció a Tsukasa.

— (nombre) ¿por qué te vas? —el castaño hizo un puchero y envolvió al (c/c) en un abrazo comenzado a restregar su mejilla con la contraria.

— Uh bueno —su voz salía temblorosa ante la cercanía del contrario, quien al notarlo rio travieso apegándose mas—  Es que... Quería estar a solas con Tsukasa.

— Oh ¿En serio? —ronroneo en respuesta el castaño, restregando se cual gato contra el más alto— Porque a mí me encanta estar a solas con (nombre).

— wah, eso sí que no me lo esperaba— susurro algo sorprendido y con el corazón en la garganta.

— ¡es verdad! —grito de la nada, separándose rápidamente del otro— ¡tengo que presentarte a alguien!... Mooh seguro ya se fue a casa porque no le avisé, pero mañana te lo presentaré así que ¡Almorcemos juntos!

¿Comer con Tsukasa?, Definitivamente aceptaba, aunque fuera en compañía de alguien más, estar con el ente lo calmaba. Hablando de entes el día de hoy casi no estuvo con Hanako.

— Claro Tsukasa, mañana comeremos juntos —con cariño acaricio los cabellos castaños de su chico.

Espera, ¿Su chico?

Sin evitarlo se sonrojo violentamente ante la mera idea de decirle a Tsukasa su chico, aunque era satisfactorio pensarlo lo nervios le ganaban, así que haría lo que cualquier hombre valiente haría.

Una retirada estratégica.

— Recordé que tengo algo que hacer -- hablo rápidamente sin mirar directamente al de ojos miel, pero sabía que él lo miraba algo confundido— ¡Nos vemos luego Tsukasa!

Y echo a correr como alma que lleva el diablo.

— ¡Adiós, (nombre) ! — grito desde la lejanía Tsukasa, quien al ver al (c/c) lejos se relamio los labios y susurro— Mío.

Ni bien el ente había terminado de pronunciar esa palabra llena de miel y veneno, el ruido de unas suaves pisadas se hicieron presentes detrás de él.

Dios santo ahora siento que todo va muy rápido....

Así que usaré de excusa el hecho de que son almas gemelas y lo del hilo rojo /risa malvada.