꧁The Bad Choises Game꧂ (Michael Afton Y Tú)

꧁The new classmate꧂

Libro, libro, otra vez dinero por si las moscas, agua, lápices, bolígrafos... Apuntes, cassettes... No entra nada más.

—Buenos días, mundo de mierda, ya me levanté ¿Con qué pendejada me vas a salir hoy? —exclamaste con obvio sarcasmo en el tono. Temblabas, la noche anterior tu hermano te había dejado una navaja con hoja de cerámica "Por si las cosas se ponían rudas" ¡¿Acaso en todas las escuelas públicas debes llevar tu propia navaja?!

—¡...! ¡Baja de una vez, maldita sea! —escuchaste gritar a Jhonny desde la cocina— Se nos hará tarde y aún tenemos que mostrarte la escuela.

—¿Tenemos?... —murmuraste obviamente extrañada— ¿Estarán conmigo todo el día?

Caminaste a las escaleras a la velocidad en la que el sueño y la pereza lo permitieron. Esa mañana era particularmente diferente, no era necesario levantarse a las cinco de la mañana para colocarte un uniforme elegante, tampoco debías preocuparte por estar impecable en tanto apariencia, no debías tardar largos minutos en peinarte correctamente y mucho menos esmerarte en colocarte maquillaje y cubrir las imperfecciones. Debido a tu veta de cafeína, otra vez desayunaste leche endulzado con miel, con la diferencia que estabas siendo vigilada.

—Mamá habló con los directivos de la escuela—decidió romper el silencio mientras este miraba a la ventana—, estaremos en clases separadas, pero estarás con Michael y André.

— ¿El chico de lindos brazos? —dijiste en voz alta de manera accidental, querías decirlo mentalmente pero te traicionó el sueño y el cerebro. Milagrosamente tu hermano siquiera te había escuchado ya que fue a abrir la puerta. Al parecer sus amigos llegaron para acompañarlos a la escuela.

Todos caminaban frente a ti, estando al final de la caminata. Lo mejor era intentar memorizar aspectos principales de tus ahora "protectores"; Willson era muy alto y bastante corpulento, André era igual de bajito que tu hermano, o al menos ellos eran los bajos del grupo y Michael era el más fácil de reconocer, no solo porque era al parecer "líder" del grupo, sino que también era el que más destacaba por ser más atractivo en tanto lo físico... O al menos era así a tus ojos.

—¿Verdad, ...? —oír tu nombre hizo que salieras del valle de tus pensamientos y colocaras los pies sobre la tierra. Ellos ralentizaron un poco los pasos para que no estuvieras excluida de la conversación, realmente querían que estuvieses cómoda pues, por un año, tendrías que estar rodeada por ellos de manera permanente mientras estuviesen en la escuela.

—Lo siento, no les estaba prestando atención —respondiste.

—Estaba hablando sobre un supuesto "Grandulón" en el que trabajabas en el taller de sabiondos —Willson parecía darle gracia el apodo que le habías puesto a tu creación, pero se notaba interesado en escuchar más de este.

—Pues... Se trata de un robot animatrónico con funciones avanzadas de entretenimiento y protección infantil. Es... Básicamente como los robots de Fazbear Pizza, sólo que este cumple la función de cuidar a los niños, como si se tratase de un niñero. Bueno, al menos esos son los planes que tengo, aún falla mucho, el problema es que es muy alto y tiende a caminar de forma muy errática, la caja de voz falla muy a seguido y en tanto apariencia ni hablemos, creo que si un niño viera actualmente, lloraría cada noche por recordarlo.

—No todos los niños están acostumbrados a ver a un robot gigante de dos metros veinte de altura. Pero es algo en lo que trabajó desde que entró a ese lugar.

—Claro que no, Jhonny. Por esto intento cambiar un poco su apariencia para que vea amigable a la vista de cualquier niño, en tanto el tiempo que he invertido en él, puedo jurar que el día en el que muera, mi alma se irá a mi grandulón y viviré el resto de la vida como un robot que cuida niños ¿No te parece ideal?

—Sería una verdadera pesadilla, todos los días rodeados de mocosos que gritan, lloran, patalean, hacen rabietas y rompen todo a su paso —habló Michael con desdén ante la idea de cuidar niños por el resto de la vida.

—Algún día tendrás hijos y lo entenderás... y también estás destinado a cuidar niños ajenos por el resto de la existencia, y no es una advertencia, es una maldición —dijiste con cierto grado de altanería en tu forma de hablar. Este se te quedó mirando, jurando de que notaste como un escalofrío le recorrió la espalda por pensar en lo que podría pasar.

Los demás del grupo empezaron a reír debido a la reacción que tuvo Michael debido a la "maldición" que le diste, aunque en realidad sólo había sido una simple broma de mal gusto para mortificarlo o molestarlo.

Una vez que llegaron a la escuela, Jhonnatan te dio un rápido beso en la frente sin que sus amigos o compañeros lo notaran y caminó rápidamente a su salón junto con Willson. André se te acercó discretamente y habló de manera calmada.

—Noto que él es demasiado especial contigo. Parece que realmente le enorgulleces.

—Es bueno saber eso, pero sé que me cuida como un padre porque a partir de ahora no tendré uno, aunque se empezó a comportar así desde que empezaron los problemas en casa... Más o menos desde que él tenía doce y yo once. —una pesada mano se apoyó en tu hombro y la acarició en forma de aliento, como si entendiera lo que acababas de decir.

—Déjame guiarte al salón. Parece que Michael se adelantó y se fue sin nosotros. —después de que asentiste con la cabeza, te guió al salón en donde casi todos los compañeros ya estaban en sus lugares, pero era distinto a lo que te habías acostumbrado. Todo era un maldito caos.

El profesor antes de iniciar la clase, tuvo la "gentileza" de presentarte frente todo el salón y con la maravillosa idea de delatar de la institución de la que fuiste derivada. La mirada de ambición y maldad de alguno de los compañeros no era algo muy fácil de asimilar, estabas aterrada de que llegasen a hacer algo debido a la inteligencia.

"Va a ser unos largos y muy agotadores días" murmuraste con cansancio mientras tomabas asiento entre André y Michael. Ellos parecían furiosos por la forma en la que el profesor delató la derivación escolar, sabían que era cuestión de tiempo para que toda la escuela se enterara.