✨El Encuentro✨

1.6K 134 408
                                    


¡Ronald, trae aquí ese maldito cartel!

Se escuchó un fuerte reclamo a través de todo el establecimiento, un hombre con aspecto dominante parecía estar molesto con aquel chico Ronald.
Ronald, por otro lado, se encontraba a un lado de la calle, con un absurdo maquillaje de payaso y un cartel que insistía entrar al restaurante.

Al escuchar aquel grito, caminó nervioso hacia el hombre al otro lado de la calle, sonaba molesto.

—¿Crees que esto es un puto juego? ¡Podemos perder clientes! No puedes tomar un cartel y moverlo bien siquiera...

Nuevamente, reclamó aquel hombre, mientras arrebataba el cartel de las manos de Ronald.

Lo siento mucho señor, le prometo que no sucederá de nuevo.

Respondió Ronald, cabizbajo y asustado por la fuerte y dominante voz de aquel hombre.

¡¿De nuevo con promesas?! Más de tres veces has dicho lo mismo... Yo- ¿Sabes qué? Olvídalo. Quisiera que fueses más como la mascota de KFC.

(¿De nuevo comparandome con ese pollo flacido?) Pensó Ronald.

Lo siento señor, iré dentro a limpiarme el maquillaje. — Susurró Ronald mientras caminaba al interior del establecimiento.

"En otras noticias, la compañía de KFC nuevamente está arrasando con sus ventas, el coronel Sanders debe estar orgulloso por tantos logros conseguidos, pareciera que no se preocupa por nada más más que por arrasar con otros establecimientos. Será difícil superar esta gran racha. "

(Ese tonto Coronel, es un presumido... Ni siquiera asiste a las entrevistas y noticias sobre su comida de cuarta...) Se dijo a si mismo.

Los días pasaron, Ronald se sentía decaído por el tiempo invertido en mover un cartel a plena luz del día. Su maquillaje se corría cada que comenzaba a sudar, pero aún así no se le permitía entrar al establecimiento antes de las 7pm.

Un día, de pronto, una gran limosina pasó múltiples veces cerca del establecimiento de Mc Donalds. Ronald parecía agobiado ante tal situación, comenzaba a sentirse nervioso por lo que podría pasar. Hasta que un hombre vestido de traje y con un fuerte olor a loción cara, bajó de la limosina y se acercó a Ronald.

Buenas tardes señor, soy empleado de KFC, el coronel Sanders me ha pedido que hablase con usted.

(¿EL CORONEL SANDERS QUÉ?)
—¿Disculpa? Creo que te equivocas de persona. — Respondió Ronald, nervioso, mientras internamente gritaba con todas sus fuerzas.

—No señor, ¿podría decirme su nombre?

—M-mi nombre... ¿Cómo sé que puedo confiar en alguien como tú?

Era más que obvio que Ronald se sentía nervioso, no sería fácil que aceptara cualquier oferta, sin importar que fuese del presidente.

Pues verá, he trabajado como asistente del Coronel Sanders por más de 7 años, me ha pedido que viniera a hablar con usted, pero para ello necesito su nombre primero.

FORBIDDEN LOVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora