—Quiero que me des un tiempo—
—que?—
—si, un tiempo para pensar las cosas, para pensar en lo nuestro—
Sus palabras me toman de sorpresa por unos segundos. Llevaba una relación de tres años. Empezamos a salir desde el primer año de preparatoria hasta la actualidad que nos encontrábamos muy bien. Tuvimos nuestras discusiones como cualquier persona pero jamas pasamos de dos días sin uno del otro
Mi interés hacia el venía desde primaria pero nunca tuvo ojos para mi hasta la prepa, ya sabes cuando descubrí el maquillaje y los cepillaos de cabellos. Para comenzar el curso ya era una chica delicada, fina y guapa.
Al principio me sentía incómoda por tantos ojos sobre mi a la hora de entrar a algún lugar cuando antes literalmente era un fantasma. Pero luego me fui a acostumbrando poco a poco, tenia que entender que ya era una chica.(no me preguntes que era antes pero realmente no me podía llamar chica )
Comencé a conocer y tener nuevos amigos, e incluso solía relacionarme con las más populares del salón hasta que me me di cuenta que no me conocía a mi misma. No era ni la sombra de la chica de antes. Me había convertido en lo que odiaba, si, maquillaje, ropa, rosa (sobre todo rosa) odiaba esas chicas que les interesa más su apariencia que disfrutar al comerse una pizza
Decidí que puedo ser una chica bonita sin tener que convertirme en las chicas fresas, si un giro enorme a mi apariencia cuando comencé a vestirme a mi estilo, le hice saber a todos que no quería ser la mierda de chica básica
Luego fui invitada al baile de bienvenida por nada mas y nada menos que Jonathan Brown, uno de los chicos más populares del colegio, confesó que sólo me pidió salir para darle celos a su ex y ahora teníamos ya tres años de novio, y faltaba dos meses para llevar cuatro si no hubiese sido porque ahora tengo a este mismo chico delante de mi pidiéndome un... tiempo?
—pensar? En que Jonny?—
—pues...—
—que sucede? Sabes que si pasó algo podemos arreglarlo como pareja, juntos— intento tomar su mano y retrocede un paso
—no estás entendiendo Isa—
El ambiente incómodo reina y caigo en cuenta a lo que quiere llegar. Suelto un largo suspiro decepcionada
—Hay otra cierto?—
Su silencio me da la respuesta, giró sobre mis talones sintiendo mis ojos picar y salgo del parque lo más rápido posible. Observo a un Jonatan tomar su camino a lo lejos y entiendo que todo a acabado, ya no hay más nosotros. Adiós a tres años de preparatoria desperdiciados
Últimamente no estábamos del todo bien, lo notaba algo distante pero pensé que solo estaba abrumado o agotado por el comienzo del nuevo curso
Me siento en la parada de autobuses cruzando los dedos para que el último metro hacia casa no haya pasado aún.
No logro entender, que fue lo que hice mal? Siempre estuve para él incluso más de lo que él lo estuvo para mí, siempre sentía que quien daba más en la relación era yo y ese chico era tan bipolar. Un día me amaba y al otro ni quería verme, no sé si logran entenderme. Su interés era de por días
—Señorita— una anciana se me acerca —veo que ya lleva un tiempo esperando, cual autobús espera?—
—el de rumbo a la salida—
Veo a la anciana negar con algo de lastima.
—lo lamento, pero el último bus hacía allá pasó hace unas horas. Tendrá que esperar al de la media noche—
Maldije mil veces dentro de mi. Como se suponía que llegaría a mi casa? Vivía en la salida de la ciudad y un taxi hasta allá me costaría la casa y parte de otra (literal)
Me dispongo a caminar la vieja calle debatiéndome que hacer con mi vida. Ni modo que esperar hasta la media noche para volver a casa. Me detengo cuando voy pasando por uno de los puentes más grandes y altos de la ciudad.
Reviso mi celular esperando alguna llamada de Jonny, al menos una disculpa. Si era tan idiota como para perdonarlo. Me recuesto sobre la baranda del puente. Desde este ángulo se ven las luces de una parte de la ciudad, incluso los edificios más altos. Bajo la vista hacia el mar, las olas chocas con las columnas q sostienen el puente. Es algo aterrador la altura que tiene esto.
—No le parece algo estupido pensarlo tanto—
—eh—
Un trigueño de unos diecinueve años se detiene frente a mi montando una furgoneta antigua pero bien cuidada.
—no lo pienses más, solo hazlo—
Me percato de sus ojos, nunca había visto unos tan hermosos.
—verde o azules?— le respondo con una pregunta sin dejar de mirarlo
—he?—
—tus ojos, qué color son?—
El chico frunce el ceño algo confundido pero responde a mi pregunta
—celestes, ahora lo que te decía, mientras más lo pienses menos lo harás—
—he?—
—ahora quieres hacerme creer otra cosa?— enarca una ceja —tírate, si ya lo pensaste, hazlo—
Giro a ver una vez más el puente confundida
—oh, hablas de suicidarme?— río —no es lo que estás pensando—
—ves, otra vez queriendo cambiar lo que vi—
—no, yo solo estaba—
—no te molestes en darme explicaciones—
—es que, que viste?—
—a una chica que no sabe que hacer con su vida—
—viste bien, pero no tan, literal— pongo los ojos en blanco —ósea tampoco es que vaya a acabar con mi vida porque mi ex me terminó—
—a con que lo harás por un chico?—
—que? No, eso no fue lo que dije—
—no puedes discutirme lo que vi—
—a si, y te digo que yo vi?— sus cejas se vuelven a fruncir —pues un chico que no me deja "suicidarme"— hago un gesto entre comillas —que me dice que lo haga como si quisiera hacerlo por mi, y sabes que es lo que más veo?— hago una pausa —unos ojos tristes—
El desconocido se queda expectante sin nada que decir. Opto por irme sabiendo que hay un bus que me espera
—y por cierto, no, no me iba a suicidar ni nada de eso acaso ya no se puede observar la ciudad desde un puente?— salgo caminando perdiendo de vista al trigueño
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EL CHICO DE LOS OJOS TRISTES
Roman pour AdolescentsNunca había visto unos ojos tan tristes, parecían puertas hacia su alma, una alma y unos ojos que nunca supe descifrar, ojos llenos de secretos, miedos y decepciones. Tenía los ojos más lindos que había visto en toda mi vida pero asustaba ver la man...