Chapitre sept

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Con el paso de los días su relación se iba haciendo cada vez más fuerte, las muestras de cariño eran más frecuentes y les agradaba estar junto al otro.

Soobin no era de los que demostraban mucho afecto físico, podría darte consejos y estar ahí para cuando lo necesitaras, pero no era alguien realmente cariñoso. Aunque había una sola excepción que tenía nombre y apellido: Choi Yeonjun

El rubiecito era muy cariñoso y empalagoso.

Al principio le daba mucha vergüenza mostrarse de esa manera, pero con el tiempo sus abrazos y besitos en las mejillas ya eran parte de la rutina del mayor.

Todo era tan dulce que podría darte diabetes.

"Soobinnie hyung es mi persona favorita, siempre me trae pastelitos de vainilla y me da besitos en la frente. No me gusta cuando debe ir a la universtdad porque pasa mucho tiempo en ese lugar :( ¡pero cuando regresa siempre me llena con mucho amor y pastelitos que podria explotar! Agradezco a quien sea que me pusiera en su camino, porque en tan poco tiempo se ha convertido en una persona especial para mí ♡
Espero que Soobinnie también esté contento con mi presencia y que podamos seguir conviviendo juntos por mucho mucho mucho tiempo. Gracias por ser mi hogar y mi lugar seguro, ¡Ten un lindo día en la universidad!"

Yeonjunnie 𖥻


El menor cerró el sobre y pegó una pegatina de osito para sellarlo, lo metió dentro de la mochila del mayor y corrió hacia la cocina, donde estaba Soobin terminando de hacer el desayuno.

¿Por qué escribió una carta? Bueno, le gusta demostrar su amor de distintas maneras y las cartitas son de sus preferidas, porque puede demostrar sus sentimientos y decir cosas bonitas para alegrar a su hyung. Ya hasta
estaba aprendiendo a cocinar (a escondidas del mayor) para hacerle postres y platillos deliciosos al pelinegro como pequeñas muestras de afecto.

"Regreso por la tarde plumitas, no le abras la puerta a nadie, bien?" Soobin besó su frente y se marchó (y a su barco le llamó... Libertaaad).

Soobin no le dice a Yeonjun algunas cosas para no asustarlo, pero los secuestros de híbridos aumentaban y era un poco inquietante para los cuidadores dejar solos a sus compañeros.
Por eso el mayor intenta tomar todas las medidas preventivas con su rubiecito.

El menor se encontraba viendo la televisión muy concentrado. Siempre se aburría mientras Soobin no estaba con él, así que fue por tambor y decidió ver algo entretenido para matar el tiempo.

El programa del domador de perros llegaba a ser muy interesante, tenía suerte de que su hyung le pusiera subtítulos a la televisión.

Se encontraba tranquilo hasta que el timbre del apartamento sonó con insistencia, dió un pequefio brinco en su lugar cuando vió la manija moviendose repetidas veces y empezó
a temblar.

― ¡Jun, ese no es nuestro apartamento!

― ¿Qué? Ah, es cierto. Que pena... ;¡Corre, corre, corre!

Yeonjun estaba aterrado, solo, sin saber que hacer y lo peor de todo...

No tenía como comunicarse con Soobin.

Con pasos temblorosos se dirigió hacia el cuarto de su mayor y se escondió bajo las mantas, sosteniendo fuertemente a tambor mientras sollozaba bajito.

Necesitaba a su Binnie hyung junto a él.

El pelinegro regresaba a su apartamento con algunas bolsas de compras

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El pelinegro regresaba a su apartamento con algunas bolsas de compras. Al parecer alguien se iba a mudar al lado, ya que habían
muchas cajas regadas por el pasillo. El nuevo propietario salió, era un hombre bastante mayor y con una apariencia extraña.

― Buenas tardes, disculpa... ¿Tú eres el que vive al lado, no? Soy nuevo aquí, así que me gustaría conocer a mis nuevos vecinos. ― El
señor estiró su mano hacia Soobin con una gran sonrisa.

― Oh, si. Soy Soobin, un gusto señor...

― Sunghoon. El gusto es mío, joven Soobin, espero podamos llevarnos muy bien en el futuro. ― El pelinegro solo sonrió un poco incómodo y entró a su hogar. Ese señor le daba mala espina.

Al mayor se le hizo raro que el rubiecito no saliera corriendo de la cocina para recibirlo, se fue hacia esta para dejar las bolsas y no encontró ningún rastro del menor.

Caminó a su cuarto y al abrir la puerta se topó con un gran bulto de sábanas sobre su cama, se acercó y las fue retirando poco a poco.
Vió a su pequeño hecho un ovillo abrazando fuertemente a su peluche mientras dormía, un rastro de lagrimas secas eran visibles en las mejillas del menor.

Soobin se sentó a un lado y tomó a Yeonjun entre sus brazos, el híbrido de patito despertó asustado al sentir el movimiento y el mayor le dió caricias en su cabello para tranquilizarlo.

"Junnie, cielo, ¿Qué pasó? ¿Te lastimaste? ¿Te duele algo?"

"Hace un gran rato estaba viendo televisión, y entonces la manija empezó a girar muchas veces y me dió mucho miedo y estaba solito y y y... Tengo miedo :("

"Ah, plumitas, te prometo comprarte un teléfono para que me escribas cuando sea necesario. Oh, por cierto, me gustó mucho la carta que me dejaste, eres muy dulce, chiquitín." Soobin le dió un besito en la frente y otro en su mejilla.

Yeonjun soltó una risita muda y le sonrió al mayor, ya estaba más tranquilo ahora que su hyung estaba junto a él.

"Ahora vamos a jugar ese juego de mesa que compré ayer, creo que se llama uno. Apuesto un pastelillo de fresa a que gano."

"Pues yo apuesto... ¡El control remoto de la sala! Sisi, yo voy a ganar."

"Ya lo veremos, plumitas."

Y así pasaron el resto de la tarde, donde a Yeonjun le tocó agarrar 12 cartas mientras hacía un berrinche y el mayor se reía de su desgracia.









la vdd se veía más chistoso en la versión original lo del uno 😕
y como dijo la autora original, ojito con el vecino

poussin ; soojun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora