Massage {Jongsang}

Extra: Aliviando tensiones

Jongho está cansado. Ha tenido que trabajar horas extras porque un compañero se marchó bastante enfermo. Ahora mismo lo que más ansía es volver a casa, con su querido novio, y dejar que el tiempo pase mientras es mimado por el mayor.

Yeosang debió haber vuelto del trabajo hace bastante tiempo, por lo que ya se encontraría viendo la televisión o pasando tiempo hasta la cena. Jongho le dijo el día anterior que aquella tarde la pasarían juntos, por lo que pudo imaginar la cara de tristeza que se mostró en su novio cuando le avisó por teléfono de que sería imposible.
Sabía que Yeosang, en el más de un año que llevaban siendo pareja después de haberle Choi propuesto noviazgo formal en una de sus innumerables citas, comprendía la situación y, una así, se sentía mal porque la mayoría de días no podía estar totalmente disponible para el rubio.

Del tiempo que llevaban siendo pareja no pasó mucho hasta que, de forma totalmente esporádica, Jongho le propusiera igualmente al mayor vivir juntos, cosa que Yeosang aceptó sin ningún tipo de dudas. Así ambos comenzaron a vivir como si fuesen una pareja de recién casados.

La vida junto a Kang era increíble. El chico era un novio estupendo que se preocupaba por él, su salud y bienestar en cualquier tipo de aspecto. Jongho se veía como el más afortunado del mundo por tener a Kang Yeosang como pareja.

Es por eso que una sonrisa se formó en su rostro mientras conducía camino a su hogar. Estaba dispuesto a gastar la energía que le quedaba en pasar el mayor tiempo posible con Yeosang, por lo que se adentró a su hogar después de estacionar el vehículo y exclamó un fuerte "he vuelto, cariño" para avisar al mayor, quien no tardó en llegar al salón al que daba paso la entrada para saludar a su novio con la alegría que lo caracterizaba.

—¿Cómo estás, Jjong? —pregunta acunando el rostro de Jongho entre sus manos. —Espero que el señor Kim no haya sido muy cruel contigo.

—No te preocupes. Al fin y al cabo estoy acostumbrado. —dice Jongho.

Estira su cuerpo lo máximo posible hasta que se siente un poco mejor y se dirige tomando la mano del mayor hasta el dormitorio. Aprovecharía la búsqueda de ropa limpia para hablar con su querido Yeosang antes de entrar al baño y limpiar el sudor con una ducha de agua templada.

—Estás tan cansado, amor. —afirma Yeosang. El rostro de Jongho da a entender que lo único que quiere es relajarse en su cama y dejar pasar el tiempo hasta caer rendido.

—Pero quiero pasar tiempo a tu lado, Yeossie. —dice. Besa los labios de su novio y se separa un par de segundos después.

Jongho se adentra en la ducha mientras Yeosang se tumba en la cama. Aún es algo pronto para cenar, por lo que su propósito es estar juntos y esperar el momento en el que ambos tengan hambre. Pese al trabajo, Jongho no tiene en aquel momento muchas ganas de cenar.

Sale del baño minutos después con el rostro un poco más despejado y portando ya el pijama.
No tarda mucho en tumbarse junto a Yeosang boca abajo. El dolor de espalda vuelve a estar presente por las horas de más en el trabajo y el quejido que deja escapar por sus labios es suficiente para llamar la atención de Yeosang, quien se sitúa suavemente sobre su cuerpo –concretamente la zona alta de sus glúteos– y desliza con cuidado las manos por los amplios hombros de Jongho, levantando previamente la camiseta de pijama y dejando que sus manos cálidas toquen la espalda del menor.
Comienza a apretar los puntos clave del cuerpo de Jongho –pues los conoce a la perfección después de todos los masajes que le hizo– y lo escucha soltar leves sonidos que demuestran que lo está aliviando.

—Eres una maravilla, Yeossie. —elogia Jongho, quien permanece con sus ojos cerrados disfrutando del pequeño masaje que Yeosang le está ofreciendo.