Capitulo VI: "Perdido"

21 1 0
                                    


 Un silencio continuo había inundado el cuarto, inclusive al abrir la puerta, la leve corriente de aire causada por el movimiento había levantado una mínima capa de polvillo el cual se veía gracias a la luz que ingresaba por el pasillo, las cortinas del cuarto estaban abiertas, daban una vista limpia a la ciudad y el cuarto absolutamente desierto, la cama intacta y las sábanas perfectamente dobladas, esperando que en algún momento vuelvan a ser usadas por algún paciente. Un oficial me toca el hombro desde mi espalda, doy la vuelta y lo miro, siento como mis manos tiemblan de manera nerviosa, un sentimiento de tristeza me llena, un vacío en mi pecho da inicio a una respiración continua y desproporcionada de mí, necesitaba tranquilizarme, el guardia me pregunta si me encuentro bien, me indica que tome asiento.

Recuerdo el permiso que me habían dado, certificando que yo era el Gabriel "Sano", la otra entidad se hallaba tras las rejas, mientras que el otro en el hospital. Encuentro el papel, cuando lo saco para leerlo, un escalofrió había recorrido toda mi columna, mis ojos sin parpadear, observaban que yo, "Ángel Gabriel Muñoz" estaba habilitado para visitar el cuarto e̴̢̙̝̽̒́3̴͚̠̓͒͜o̸͖̪̙͐͒͠.̴͖͙͎͊́̓6̸͍̝̟͐͆͝ donde reside el paciente "Ä̸͕̪̪́̕n̸̦̻͇͒͘͝.̸̫͎͕́͑͝g̴̡͍̈́͋̔ä̴͙̙̼́͝͝-̸͉̙͇̀̿̚b̵͉͖͛̈́͒l̵͇̝̼̈́̀͠/̵̪̝̝́̚͝M̸͇͔͍̔̒͘ñ̸̡̻͎̓̈́͑z̵̟͙͕̐͒͋". Estaba borrado, el texto estaba absolutamente distorsionado, el nombre de el "otro" no se hallaba en ningún lado, ni en la puerta de la habitación, ni en los papeles de permiso, inclusive había desaparecido de la mente de todos los demás. No entendía que carajos pasaba, estaba buscando mi celular, recordé que lo había dejado en un casillero en la estación, junto con otras pertenencias de Gabriel, tenía que tratar de desentrañar que carajos estaba pasando, su existencia parecía que más bien había sido borrada del mundo latente, quizás podría encontrar algo suyo allí, un objeto físico que manifieste su paso por el espacio, una conexión a la entidad que habría desaparecido. Rápidamente pido que los oficiales presentes me lleven a la comisaria, puesto que tengo los papeles que acreditan soy testigo de una causa.

Ya en la comisaria, voy hasta la celda de Gabriel, pero no lo encuentro, consulto a uno de los guardias y me dice que el recluso esta en una sala de contención especial, que para hablar con el necesitaba el permiso del comisario. Con prisa, me dirijo a su oficina, de pasada, oigo a los oficiales discutiendo y buscando las razones del porque había una persona detenida si no había cargos. Me detengo un momento, busco hablar con ellos, les muestro algunos permisos de que soy testigo de la investigación que se esta realizando con la otra persona, el oficial Hodrick, encargado del papeleo, se halla perdido en su mente, al igual que su otro compañero, ambos me consultan por qué había una persona en la celda especial, quizás podría ayudarles a encontrar lo que buscan entre los múltiples papeles, podría caber la posibilidad que se hubiesen perdido, pero de algo estoy seguro, si el otro Gabriel había desaparecido de la faz de la tierra, entonces el papel de la causa aparecería mi nombre y el del detenido, pero el internado no estaría, tal así como en mis papeles de visita. Les pregunto donde esta el comisario, para ver si podría obtener un permiso, dicen que esta en la oficina del fondo, así que abandono ese sector dejando a los jóvenes buscando una respuesta, que seguramente nunca hallarán. Al ingresar en el despacho del comisario, este me mira un segundo asustado, pero luego se percata que no era "El", si no que era otro, "Me asustaste, por un segundo me sentí paralizado" dice en tono de broma mientras se ríe, pero es un instante, cuando su rostro nuevamente pasa a ser más serio. Exclamo querer un permiso, estaba seguro que no me lo otorgarían porque me dijeron que si preguntaba a Gabriel sobre su altercado con nuestro "Desaparecido" entonces me prohibirían verlo nuevamente hasta que sea llamado, pero me lo dio el comisario sin rechistar un permiso sellado y firmado por el para visitar la celda especial de las instalaciones...Claro, parece que también las situaciones relacionadas a la entidad, se pierden.

Transito un largo pasillo, viendo celdas repletas de gente demorada por todo tipo de crímenes, desde robos hasta pintar las paredes, tonterías, pero al fondo de todo, una celda especial cerrada con una pequeña ventanilla, el oficial Hodrick, dice que lo colocaron allí para contenerlo, había aumentado su nivel de violencia y su capacidad racional se había desmoronado, ahora era un ser salvaje que gritaba y se lastimaba a si mismo. Por la ventanilla lo veo, sentado, sereno, esposado, con una mirada perdida contra una pared, sin emitir ningún ruido. Hodrick dice que probablemente mañana lo trasladen a un psiquiátrico para tratar de analizar y controlar su estado de violencia hasta que algún familiar o alguien se presente para retirarlo o controlarlo, pero nadie de su entorno se presento en ningún momento. Por el micrófono le habla el oficial, pero el continua sin moverse, entonces, decido hablarle, es allí cuando se levanta lentamente, voltea para luego aproximarse a la ventanilla, tiene una mirada fija y penetrante.

-¿Por qué le hiciste eso a Gabriel?- Pregunto de manera firme por el micrófono, mirándolo fijamente, siento como mis ojos están llenos de odio.

Gabriel, empaña el cristal que nos divide de la pequeña ventana, con sus manos esposadas, dibuja un signo de interrogación, a la par que me señala. El mensaje es claro, "¿Quién eres?", en su débil cordura, que transita un limbo entre el mundo real y su perdida mente, aun asi podía entender el significado que quería demostrar, él podría hablarme simplemente, pero no lo hace. El oficial escolta me pregunta si aun así deseo continuar con la charla, niego a su pregunta y me marcho, frustrado, no puedo evitar apenas salir del pabellón, dar un golpe fuerte a la pared, mis nudillos se pelaron por la fricción y sangran levemente, el encargado de la investigación me detiene justo antes de irme, me informa que desean llevarlo a un psiquiátrico para buscar comprender su mente y estabilizarlo, ya que no se encontraba en sus cabales. No pueden retenerlo en la comisaria...para la "Realidad", él nunca había cometido ningún altercado.

Que asqueroso, la frustración me consume y la impotencia de que nadie entienda lo que había pasado, un hombre había sido llevado al borde de la muerte por un loco, pero ahora nadie lo recuerda, nadie le llorar ni le busca, había desaparecido de la faz de la tierra. Voy a buscar mi celular en los casilleros, pero ya nada me sorprende al ver que las pertenencias de Gabriel habían desaparecido, ni su collar ni su característica pulsera arcoíris estaban alli. Dejo soltar un suspiro, decido llamar a Amanda, le digo que esta noche, no volveré a casa.

Una nocturna cruenta madrugada de invierno me abraza, al salir de la comisaria, decido caminar unas cuantas calles, había olvidado traer un abrigo, pero en mi mano izquierda, la calidez de un cigarrillo me desestresaba un momento, caminaba sin rumbo, quería ir al hospital a visitar un ser que ahora no existe, o ir a la comisaria para tratar de entender la investigación, y quizás, ayudar, pero se bien que mi furia seria un estorbo para los profesionales, me conozco, se que si veo nuevamente a Gabriel irremediablemente desataría mi frustración sobre él, se tanto de mí, que el también actuaria de manera violenta, tal como había pasado el día anterior en la biblioteca, cuando aun conservaba la gran mayoría de su humanidad. Continúo caminando, y una densa niebla inunda la ciudad, entre la oscuridad lúgubre, veo un cartel luminoso, había un bar abierto, decido entrar para refugiarme del frio, aunque no soy un apasionado de beber alcohol, pero en ese momento, halle refugio en un trago de gin-tonic, un trago amargo al alma y salud para calmar mi mente. Uno tras otro voy pidiendo mas tragos hasta que siento mi cuerpo pesado, el cansancio, el estrés, la falta de sueño y el alcohol estaban haciendo su trabajo, se aproximaba la hora de que el bar cerrase, así que como puedo me levanto del asiento luego de pagar todo lo que había consumido, no me encontraba bien, me hallaba mareado, doy dos pasos y tropiezo al tratar de salir, pero antes de sentir el suelo, alguien logra evitar que caiga.

Quiero agradecerle por ayudarme, pero por el mareo me cuesta mantenerme en pie, veo el brazo que me sostiene, y diviso algo que des espabila mis sentidos al ver su muñeca izquierda...Si...Su muñeca izquierda y allí, una pulsera con los colores del arcoíris...

La persona me lleva hasta una silla, en mi reloj de mano marcan las 4:56 de la madrugada, el tiempo esta helado, pero no tanto como la expresión fría y horrorizada en el rostro de aquel joven hombre, aquella copia exacta, quien debería de estar internado, al borde de la muerte, ahora estaba ante mis ojos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 19, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La Teoría ExcéntricaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora