Capitulo I - La Luz del Collar

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Sueños, visiones, profecías...pesadillas. Un alma amarilla en forma humana vive un sueño tranquilo en un lugar extraño. La escena es de un día soleado, un campo de largos pastos de un fuerte color verde, de repente aparece un fuerte destello, levanta su mano para cubrir el rostro de la luz, aunque no tiene ojos. La luz toma la forma de una mujer, pero como una que nunca allá visto antes, tiene cuernos en forma de una S apuntando al horizonte, una cola corta, y pezuñas pequeñas y delgadas. Siente su presencia...tan cálida, tranquila y hermosa. Es como si ella la conociera desde siempre, pero no la conoce.

"Por favor", la luz dijo con tristeza, "ayúdame, antes de que sea demasiado tarde".

Trata de responderla, pero nota que no tiene boca, por lo cual no puede hablar. De repente suena un fuerte rugido, uno que nadie puede reconocerlo tan fácilmente...

"(¿Un rugido de león?)", el alma dudo.

Sí, un león alado y blanco aparece rugiendo desde el cielo y en un segundo el animal se transforma en un potente rayo de luz, apuntando al suelo, muy cerca del alma. Trata de moverse un lado, pero algo le dice que no debe tener miedo, la luz golpea el suelo y se forma en una gran mandoble. En unos segundos flota en el aire y cae empalando a la tierra como si fuera una pesada piedra.

"(¿Una Grand Marshall Claymore?)".

Sí, pero al mismo tiempo no. Esta gran espada es diferente, su borde es fino y de una hoja afilada, toda la hoja es de color azul con marcas de oro, posee un escudo con dos bordes de oro y plata, el centro es de color azul con un león de oro, entre el escudo y la empuñadura se ve un poco de oro en forma de alas con grandes plumas en los bordes, en el centro de las alas tiene una preciosa gema azul, oro y blanca como una esfera, y finalmente una empuñadura azul con un león de oro con su hocico abierto.

"¡Deprisa!", la luz grito con desesperación.

El alma empezó con dudas, pero con decisión recoge el espadón y la levanta muy fácilmente como si fuera una pluma.

"Podemos hacerlo", el espadón dijo, "juntos, con la confianza de tus seres queridos".

De repente, desaparece el césped y el terreno cambia a una tierra roja y árida, los cielos se cubren en nubes negras de tormenta. Detrás del alma, hay una estatua de un humano, se ve poderoso con una armadura muy detallada y su pelo es casi calva con una cola de caballo. Como a la carga hacia un campo de batalla, y atrás de la estatua aparece un ejército de soldados rasos corriendo como si fuera el fin del mundo. Detrás de la luz aparece otro ejército corriendo hasta aquí, sangrientos orcos con sus ojos hirviendo venas rojas. Cuando las dos fuerzas están a punto de chocar entre ellos, las nubes se mueven a un lado dejando un espacio negro donde surge una mano negra. Una mano del tamaño de un titan, garras como espadas y pintados con sangre.

"¡Oh, no!", la luz exclamo, "¡está aquí!".

Forma un puño y expulsa sus dedos liberando una gran cantidad de sombras, una lluvia negra de demonios con colmillos afilados y pequeños brazos con garras como puñales. Las sombras llegan a las dos fuerzas y los devoran a todos. En unos segundos, se encuentran solos de nuevo, pero la mano se mueve y trata de agarrar a la luz. Intenta pararlo, pero traspasa el espadón como si fuera una gran sombra, se gira y en vez de ver la luz, ve un planeta azul con múltiples ambientes.

"(¿Azeroth?)", el alma pensó.

Sí, es Azeroth, rota por la mano negra. Empalada como una fruta, se divide en pedazos, agarra la luz y se la lleva al cielo. La luz grito en un idioma desconocido y ambos desaparecen. De repente, todo se vuelve negro.

Las Crónicas de AzerothDonde viven las historias. Descúbrelo ahora