La noche caía sobre la ciudad como un manto de terciopelo, ocultando secretos en cada esquina y ecos de crímenes pasados. En una lujosa y extravagante casa, donde las luces parpadeaban con desesperanza, un hombre yacia en el lugar, el silencio ensordecedor de su muerte resonando en el aire. La brisa suave traía consigo un murmullo, un susurro de advertencia que se colaba entre las sombras.
- p-pagarás....p-por esto...m-maldito bastardo - pronuncio con cierta dificultad el hombre que yacia recargado en la pared, sujeto firmemente su cuello en el cual brotaba sin fin alguno aquel líquido carmesí. Tragó saliva la cual ahora era en mayor parte la sangre que se escapa de su boca y de la herida en su cuello, apretó los dientes al ver a los cuerpos de sus compañeros muertos y sin una pisca de vida en el suelo, acompañados de grandes charcos de sangre que manchaban el oscuro piso de madera.
Alzó con la única fuerza que tenía su mirada y miro al hombre frente a el, una fuerte oscuridad se cernía sobre el hombre, el cual no se inmutaba ante la débil amenaza del herido.
- Mmmh....eres aburrido lo sabías? - hablo rompiendo el tenso y abrumador silencio en aquel oscuro y frio lugar y sin remordimiento alguno limpio la sangre que machaba sus manos en su propio traje color negro, dejando el color rojo sutilmente en el traje.
- e-el...señor lo sabrá...y-y cuando...l-lo haga...ahg....m-moriras - amenazó escupiendo la sangre que escapaba de su boca, el agarre en su cuello se volvió más fuerte con esperanza de cesar el sangrado que era acompañado de un punzante y continuo dolor.
En respuesta, el contrario resoplo con fastidio para alzar su mano y sacudir su melena larga y de color negro como la oscuridad en ese lugar. Aún que no pudo evitar formar una sonrisa de oreja a oreja, mostrando sus blancos y perfectos dientes.
- ¿Quién? Sukuna?.... - respondió haciendo notar su burla en sus palabras - el no tiene que enterarse de esto....al menos no de que fui yo - murmuró entre palabras tranquilas y lentas, como si estuviera saboreandolas.
El Alfa contrario solo gime de dolor ante la perdida de sangre que estaba causando la herida en su cuello, sin mencionar los golpes en su cuerpo, su vista empezaba a volverse borrosa y lentamente perdía el conocimiento, lamentandese por no haber podido hacer más cosas por su jefe.
- Últimas palabras? - Preguntó arqueando una ceja mientras nuevamente tomaba la pistola en sus manos manchadas por la sangre que fue derramada por estás mismas.
- Todos...e-enfrentamos nuestras decisiones,...i-incluso los que matan en...silencio...- Antes de que otra palabra saliera de la boca de aquel herido hombre, el gatillo fue velozmente y sin remordimiento alguno jalado, acabando con la vida aquel diablo, dejando escuchar solo el sonido de su cuerpo sin vida caer al duro y manchado suelo.
- Yo siempre gano - Susurro el alfa para si mismo. Metió la mano en el bolsillo de su chaqueta y sacó un cigarro, deslizándolo entre sus dedos antes de sostenerlo con los labios. Sus ojos no se apartaron de los cadáveres mientras encendía el encendedor, y el chasquido del fuego rompió el silencio sofocante de la sala. Dio una calada lenta, dejando que el humo llenara sus pulmones mientras saboreaba el momento.
Exhaló, dejando que la nube de humo danzara entre las sombras, difuminando el rastro de lo que había hecho. No había remordimiento en en aquellos ojos cansados y sin ningún brillo alguno, solo una calma perturbadora. Las luces parpadeaban una última vez, y él dio media vuelta sin prisa, el eco de sus pasos retumbando en la madera crujiente del suelo mientras se dirigía hacia la puerta.
Sin mirar atrás, se detuvo solo un segundo antes de cruzar el umbral. Dio otra calada al cigarro, dejando que la brasa iluminara su rostro por un instante, revelando una leve sonrisa, como si supiera que esta historia no acababa ahí. Y entonces, se desvaneció en la oscuridad, dejando atrás el olor a muerte y ceniza, mientras la casa volvía a sumirse en el silencio absoluto.
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♂️♿𝐃𝐨𝐬 𝐩3𝐧3𝐬? 𝐔𝐧 𝐀𝐠𝐮𝐣𝐞𝐫𝐨 ♂️♿
RomanceDos mafiosos alfas y un Omega? "Talvez Yuji necesite un psicólogo, junto a una silla de ruedas" Gojo Itadori Sukuna