1. La misión.

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Nota del autor: Esta es una obra de ficción. Los nombres, los personajes, las situaciones son producto de mi imaginación o están usados de manera ficticia, cualquier parecido con personas reales o sucesos es fortuito y mera coincidencia. Obra que publiqué en Wattpad hace muchos años y que deseo desempolvar para recordar los buenos momentos que me dio. He intentado hacer las mínimas correcciones posibles, pero algunas fueron inevitables para actualizarla.

"No existe amor en paz. Siempre viene acompañado de agonías, éxtasis, alegrías intensas y tristezas profundas"

Paulo Coelhlo.

Era un día tan bueno como cualquier otro para empezar una nueva vida. Al menos, eso era lo que su mente no dejaba de repetirle una y otra vez, mientras se cepillaba el cabello con energía.
Finalmente se decidió. Se puso un pantalón negro, sencillo y discreto, junto con la camisa blanca más simple de su guardarropa. Recogió su melena encrespada en una especie de trenza lateral, mientras se ajustaba la blusa que más usaba para el trabajo, aquella que su compañera de apartamento, Sandy, le había advertido que no se pusiera.
Era policía por el amor de dios, y en el horario tedioso de oficina lo que importaba era la comodidad.

Sandy, su compañera de piso y sin embargo amiga, la miró de arriba a bajo con aire de resignación fingida, lo que menos deseaba era una regañina como la de primera hora de la mañana.

-¿Nerviosa?

-No, que va, estoy la mar de contenta.

-Pues chica Audrey, cualquiera lo diría, parece que estás temblando.

El timbre de la puerta las sobresaltó a ambas, y Sandy se dirigió rápidamente hacia la entrada, sin molestarse siquiera en preguntar quién llamaba, una costumbre poco saludable por la que solía regañarla con frecuencia.

-¡Enseguida abro! -la oyó gritar mientras corría como una loca hacia la puerta sujetando su cabestrillo.
Audrey resopló. El sonido de varias voces se fue acercando, lo que despertó su curiosidad y la hizo mirar hacia la entrada.
Tres hombres entraron al mismo tiempo. Al capitán Parker lo reconoció de haberlo visto algunas veces en la comisaría. Tras él, aparecieron dos tipos más: uno con aspecto amable, cargando una carpeta repleta de documentos, y el otro, más joven, la observaba con una mirada enojada, llena de dudas. Se sintió tan molesta que estuvo a punto de preguntarle qué le pasaba, pero al darse cuenta de que todos la estaban estudiando, el corazón se le subió a la garganta.

-Creo que todos conocéis a Audrey Rodríguez; lleva trabajando en la comisaría desde hace unos años. Audrey, él es el comisario Parker, y a Young y a Adam seguro que los reconoces, ¿verdad?

Audrey negó, nunca los había visto por la comisaría con anterioridad, al menos, no habían coincidido, conocía a casi todos los agentes de policía de la zona central, pero debía de reconocer que sus compañeros de paisano siempre eran los más desconocidos para ella. Los dos chicos iban vestidos con pantalones vaqueros raídos y el más fuerte y joven de ellos lucía una cazadora de cuero negra que le daba aspecto de chico malo.

-¿Podemos pasar de una vez? -No tenemos demasiado tiempo para socializar señoritas -.gruñó el comisario.

Todos se sentaron en silencio alrededor de la mesita que tenían en el centro de la sala, demasiado apretujados en un salón no muy amplio y algo oscuro.

Adam Baker, el chico de la cazadora y el que había captado más la atención de Audrey se sentó en el sofá de la sala con cara de pocos amigos, mascullaba algo sobre que había pasado toda la noche custodiando un cadáver y que no quería perder el tiempo.

-Creo que tu amiga no nos sirve, trabaja en la comisaría sí, pero arreglando el papeleo. Nos has hecho perder el tiempo Sandy.
Comentó de mal humor, por lo visto no era muy partidario de andarse con rodeos.
- Hemos perdido un tiempo precioso debido a tu lesión, como para ahora andar dándole vueltas a algo que claramente no va a funcionar.
-Audrey es perfecta para el trabajo-replicó Sandy.
-Y un cuerno.
El tal Adam puso sobre la mesa un informe, dejándolo caer de golpe sobresaltando a la aludida.

La fuerza que nos une ©+17Donde viven las historias. Descúbrelo ahora