1

5.5K 255 84
                                    

El sol mañanero alumbra los vacíos pasillos de la escuela Yuuei, el timbre había sonado ya hace varios minutos y puede oír a uno que otro maestro dentro de sus respectivas aulas dando inicio a sus clases. Él va un poco tarde, pero poco le importa sinceramente.

Aizawa camina con calma por los pasillos en silencio, escuchando sus propios pasos al andar y los pasos de la persona que va detrás de él siguiéndolo. Su cabeza gira levemente hacia atrás miéntras su oscura mirada se dirige a sus espaldas.

Es encandor como los reflejos del sol brillan sobre los rizos verdes que bailan de un lado a otro por el andar, los ojos esmeraldas resaltan su hermoso brillo y sus mejillas salpicadas de pecas son adornadas con un tierno y natural sonrojo. Los labios del muchacho forman una tranquila sonrisa mientras se dedica a observar al mayor.

Pero por muy encantador que es el muchacho Aizawa no podía estar más incómodo de su presencia, de sus pasos tras de él, de sus intensos ojos sobre su persona todo el tiempo. Es abrumador.

Un escalofrío le recorrió la espalda, su mirada se endurece mientras poco a poco sus pasos cesan, igual que los de Midoriya, ninguno aparta la mirada del otro. Shota termina por voltear completamente cara a cara con su acompañante quien, muy a pesar de que sabe que su presencia le molesta sigue sonriéndole.

Sigue estando ahí.

Simplemente se observan durante varios segundos que Aizawa siente como horas, pero al final resignado a que Midoriya solo permanecerá ahí reanuda su andar. El pecoso solo vuelve a seguir sus pasos hasta que ambos finalmente llegan a su destino, el aula de la clase 1A.

— Lamento llegar tarde — fue lo primero que salió de su boca en cuanto abrió la puerta — A sus asientos por favor — ordena con cansancio y sus alumnos no tardan nada en hacerle caso.

Y una vez todos ya estan en sus respectivas butacas se adentra al salón con Midoriya detrás. El peli-negro se dirige a su escritorio mientras que el peli-verde camina entres sus compañeros para ir y sentarse en su butaca.

Shota lo observa detenidamente hasta que el chico se sentó y sin más da inicio a su clase igual que todo los días.

Shota lo observa detenidamente hasta que el chico se sentó y sin más da inicio a su clase igual que todo los días

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Siempre fue una costumbre porque no había día en que no pasara, quiza una vez, dos veces, cinco veces... pero esto ya es una exageración, de un tiempo para acá ya se volvió algo fatigoso.

Esta metido dentro de su bolsa amarilla para dormir, acurrucado en una esquina del salón con los ojos fuertemente cerrados, no busca dormir, el sueño había abandonado su cuerpo desde hace ya un tiempo pero quería aislarse, quería distraerse de su alrededor, del pesado ambiente que lo rodea.

No necesita verlo para saber que esta haciendo, lo conoce perfectamente, quizá mejor que cualquier otra persona en el mundo. Pero aún así, igual que todas las anteriores veces del día de hoy, no evito el hecho de que abriera uno de sus ojos para confirmar sus sospechas que siempre fueron y son correctas.

Tu presencia [Aideku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora