Dije que no iba a volver a escribir pensando en ti pero para no sucumbir a la tentación de escribirte por privado faltando al poco pudor que me queda y no intervenir con cinismo en tu vida de la cual me quise alejar actuando de la peor manera posible simplemente escribiré y voy a desahogarme aquí.
Te pienso desde que me levanto hasta que me duermo, cuando te veo y cuando no, los días buenos o los momentos malos, cuando huelo el helado de vainilla, cuando pruebo las papás de el restaurante al que frecuentemente íbamos.
Antes y después de que mis acciones nos alejaran no puedo dejar de pensar en ti. Evitó comer helado, no he querido comer a la orilla del mar, tampoco he vuelto ir a aquel mirador porque me acuerdo de lo bien que la pasé en esas cosas contigo y no paro de llorar.
No se realmente como hacer para seguir con mi vida, para lograr seguir y sentir genuinamente interés en algo sin no sé si el tiempo podrá curarme o serás como lo has Sido desde el momento que me enamoré de ti mi recuerdo permanente y la principal razón de mis sonrisas.
