Entonces, me eché para atrás todavia pensando en el principe de ojos azules que me habia llevado a aquel sitio tan cutre pero que hubiera matado por besarlo.
Cojí el movil y salí corriendo de allí hacia mi casa, total ya habia acabado el instituto.
Llegué a mi casa comí cuatro macarrones, me metí en mi cuarto, me tumbé en la cama y me puse mis cascos.
Estaba medio dormida cuando escuché unos golpes en mi ventana, me asomé y...