Jep me monta en su choche y sale a toda hostia de aquel barrio. Parece sorprendente pero tenia una manta en el maletero y vamos al bosque, tumba la manta y se tumba el encima, yo al lado de el.
Olia a gloria, adoro su perfume maravilloso, parecía angelical. Yo no sabia de que hablar, hasta que me dice que como acabé allí y le cuento todo el rollo.
-Ese era un impresentable que solo queria aprovecharse de ti, ya sabes de la misma forma que todos quieren.- dijo resoplando.
-No creo eso, no todos son así, lo veo un buen chico aunque se encierre en ser como es. - respondí fijandome en que cada vez estaba mas cerca.
Hasta que habia un punto que estaba a 1 cm de mi boca, entonces...