Capítulo 39: El final.

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—Puedes venirte a Manchester conmigo si quieres, no tengo problema con acogerte. —me dijo Sid, fue al primero a quien llamé tras escuchar el mensaje de mi padre— ¿Quieres que avise a Michelle o lo haces tú misma?

—Lo haré yo. —dije— Al fin y al cabo debo hacerlo.

—Sé que no estás bien y por así decirlo es mi vecina, así que... Puedo decírselo yo, no tendrás mucho ánimo para llamar a nadie y si necesitas algo estoy aquí, ¿vale? —se preocupó— Por cierto, te doy mucha fuerza ahora.

Decía eso por el hecho de que debí asistir a los pequeños interrogatorios que les harían cuando saliera del baño.

—Sí, gracias, Sid.

—Te quiero, Nessie, llámame si necesitas algo.

—Yo también te quiero, lo haré, no te preocupes más.

Colgué y salí del baño, John y Malik se acercaron a mí y me guiaron hasta los despachos para que pudiéramos oír lo que decían.

—¿Cómo te sentiste al hacer eso? —preguntó la psicóloga.

A quién estaba "entrevistando" era a Luke.

—Muy bien, me sentí muy bien. —respondió el chico, sonriendo.

—Ay, por Dios... —susurré, derrotada.

John me estrechó entre sus brazos y yo me dejé llevar por él, me derretía en ellos. Con solo rozar su piel me sentí protegida, Malik se unió al abrazo. Me di cuenta de que siempre he estado a su lado y son los que más me han ayudado en muchos factores. Vine aquí para hacerle ver a Effy que se equivocaba, pero al fin y al cabo he acabado reparando a todos. No he cumplido un objetivo fijo y tampoco me siento mal por ello.

—¿Si le reviento pasa algo? —preguntó Malik.

—Probablemente, te metan en la cárcel. —respondí, desganada.

—Me da igual. —añadió, furioso.

—Malik, basta, no es lo mejor ahora. —le corregía John— Han intentado violarla y creo que para Nessie más violencia no es lo mejor ahora. Cuando salgan de aquí, tal vez hagamos algo, pero solo tenemos que esperar y estar junto a ella.

Me aferré al jersey azul marino de John y me dejé llevar por su fragancia, me rodaba como un escudo protector y yo me dejaba proteger. Por primera vez en mucho tiempo, era yo la que debía ser protegida como era debido.

—Necesito irme de aquí. —me aparté de ambos.

—¿Quieres tomar un poco de aire? —me tendió su mano John, la tomé con gusto.

—Sí, por favor. —miré a Malik— ¿Te vienes?

—Vamos. —accedió el moreno.

Salimos de la comisaría y tomamos un poco de aire, todo pasaba demasiado rápido y un respiro era lo que más necesitaba.

—Volvemos a ser nosotros tres. —dijo Malik, rompiendo el silencio.

—Siempre acabamos igual, pero claro... No en este contexto. —dije.

—Los tres ricos, supongo. —suspiró John.

—Yo soy adoptado —dijo Malik—. Sé cómo te sientes porque... Porque bueno, vi a mis padres biológicos morir en un incendio ante mí. Quemados hasta los huesos, casi cenizas —su expresión era amarga, sacó un cigarrillo y empezó a fumar, lo encendió a la velocidad de la luz con su mechero verde—. Pero bueno, eso ya está en el pasado... Si necesitas algo dímelo.

—De hecho, Elliot ya había tenido algún que otro brote antes —añadió John—. De pequeño se olvidaba tomarse sus pastillas porque, claro... Supongo que era porque era un niño y eso para él no era una obligación o preocupación —inhaló y exhaló con lentitud—. Trató de matarme a mí también.

El diario de Nessie Ayers | SKINS UKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora