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Estaba en mi casa haciendo te porque Polly vendría tal vez por qué quería que le devolviera el favor.

Escuchó que tocan la puerta, debe ser ella.

Abro la puerta y está ella con cinco niños y con Tommy Shelby.

—Hola Poll, pasen.

Me hago a un lado y pasan.

—Mira cariño el es Tommy mi sobrino, y el es Finn el hermano menor de Tommy y ellos son hijos de mi sobrino John.

—Hola, soy Katie.— dijo quien supongo es la más grande.

—Hola, yo soy Anne.

Escuché la tetera y fui a servir el te.

—Ya serví el te, vengan.—dije mientras salía de la cocina.

Todos pasaron al mini comedor y se sentaron.

Una ves que terminamos el te y de presentarnos decidí preguntar que era lo que necesita de mi, aún que ya sospecho que es.

—¿Entonces Poll?, ¿Para que querías verme?

—Bien seré directa, quiero que te cases con mi sobrino, John el padre estos niños, el necesita una esposa para que lo ayude con los niños y los niños necesitan una madre. El tonto de mi sobrino se quería casar con una prostituta.

La interrumpí

—No.

—¿Qué?

—Dije que no, Polly.

—Tu me debes un favor y está es tu oportunidad de devolverlo, y si no lo haces por mí hazlo por éstos niños, ellos te necesitan.

—Polly, permíteme hablar con la señorita Lee. El otro día hablé con tu tía Zilpha y dijo que si aceptas ellos harán una alianza con nosotros y si no aceptas no solo dejaras a estos niños también desataras una guerra.

—Cariño acepta esto, no lo hagas por el trato, ni por el favor, si no por los niños y John. Te daré hasta el día de mañana a medio día para que decidas.





























...


















No puede dormir casi nada la noche anterior, decidí aceptar, y no por la guerra, si no por aquellos niños con caras tiernas.

Llegó a la casa de Poll y tocó la puerta, me abre un hombre de unos 40 años castaño de ojos azules.

—Buenos días ¿Se encuentra Polly Gray?

—No, ¿Quieres pasar y esperarla o le quiere dejar un recado?

—La esperaré.

—Me presento soy Arthur Shelby, mucho gusto.

—Yo soy.—antes de poder decir otra palabra una voz chillona me interrumpio.

—Anne.

Era Katie, mientras me abrazaba llegaron sus otros hermanos.

—Hey hey, dejen a la señorita en paz. Lo siento por mis hijos, John Shelby mucho gusto.

—No hay nada que disculparse, Anne Lee y el gusto es mío.

—Anne, cargame porfavor.—dijo la más pequeña que era Olivia, mientras ponía cara de perro triste.

—¿No escuchaste que les dije que dejen a la señorita en paz?

—No tengo problemas con cargarla.

La tomé en brazos y ella me abraza y esconde la cabeza en mi cuello.

—Eres buena con los niños, dime ¿Cómo lo hiciste?

—¿El que?

—Controlarlos.

Dijo mientras sacaba un puro para encenderlo.

Cuando iba hablar entra Tommy.

—Buenos días Anne, ¿Esperas a Poll?

—Si, espero no tarde mucho.

—¿Podemos ir a mi oficina?

—Oh si.

Se que me preguntaría que decidí.

—Hija bajate, la señorita Lee tiene que ir con el tío Tommy.— dijo John con cierto tono enojado.

—Papi no quiero.—protesto la pequeña Olivia mientras se escondía más en mi cuello, y cuando John también iba a protestar lo interrumpí.

—No te preocupes, de todas maneras no me molesta y no vamos a hacer nada malo, pero si te molesta a ti la bajó.

—No le preguntes nada a el, te va a decir que me bajes, y no lo haré.

—Hija, ¿Que harás cuando la señorita se vaya?

—Ella se va quedar conti.

—Con Poll, para tomar el té.

—Pero, creí que tú y mi.

—Me la voy a llevar.

Camine hacia la oficina de Tommy con el siguiéndome.

—¿Entonces, aceptas o no?

—Si. Polly tiene razón, los niños necesitan una madre que los cuide y proteja siempre, y creo que les hará bien el tener una figura materna, y alguien que cocine porque dudo que John cociné bien.

Mi PelirrojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora