Mi amado, Eijiro:

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Kaminari, si llegas a encontrar esta carta en alguna parte de mi antigua habitación, entregasela al hombre que amé en vida.

Mi amado Eijiro:
El día que leas esta carta yo ya habré dejado este mundo, por consiguiente te habré dejado a ti, perdón por ya no estar contigo, ya no podré sostener tu mano cuando vayamos a la universidad, no volveré a acariciarte el cabello cuando duermas, no volveré a besar tus mejillas, ya me he ido, nunca dudes del amor que te tuve, porque fuiste el amor de mi vida, fuiste la persona que más me apoyó en todo lo que hice mientras estuve en esta tierra, gracias por sostener mi mano en mis momentos más difíciles, gracias por limpiar mis lágrimas cada que pasaba un mal día, gracias por tus abrazos siempre fueron tan cálidos y me brindaban protección y una paz gigantesca, nunca dudes que fuiste una gran persona en mi vida, imaginé una vida juntos, ¿estúpido, cierto?. Soy tan hipócrita, imaginando una vida contigo y mira lo que hice, perdón por romperte el corazón, Eijiro, perdón por no ser la persona que esperabas, perdón por haberte dejado de esta manera, pero... son cosas de la vida, ¿no?, todos tenemos un límite de lo que podemos soportar, yo ya tuve el mio.

Te amo tanto, Kirishima Eijiro, te amo tanto que te deseo una larga y feliz vida, quiero que vivas lo que yo no pude, disfruta lo que yo no pude, haz las cosas que yo no hice, y por favor, sé feliz, algún día volveremos a estar juntos, vendré por ti o tú vendrás a mi sin previo aviso, espero yo reclamarte a ti y no la segunda opción, seria la más desgarradora y tampoco me gustaría que te pasase algo, prometo cuidar de ti si es que hay una vida después de esta, cada noche aunque tú no ne sientas ni me veas, acariciaré tu cabello espero que aún lo tengas tan rojo como yo lo recuerdo, besaré tu mejilla cada noche y esperaré por ti al día siguiente para acompañarte a la universidad y asegurarme de que estés bien, puedes quedarte mi camisa que siempre te gustó, puedes usarla, es tuya siempre lo ha sido, quédate con nuestras fotos y no olvides lo felices que fuimos, vive bien, come bien y sigue tus sueños, sé tan masculino como siempre quisiste ser no tengo la menor duda de que podrás lograrlo, porque de alguna manera lograste que me quedara en este mundo un poco más pero ya no pude.

¿Recuerdas aquella vez que fuimos al festival?, solo ibas con unos pantalones y una faja blanca porque según tú habías revisado el clima y no haría frío esa noche, así que tu gran idea fue ir sin camiseta, te di mi chaqueta porque sabía que tendrías frío, aún con un cuerpo tan grande a veces eres un poco enfermizo y friolento.

¿Recuerdas la primera vez que nos sostuvimos las manos? Íbamos caminando por el jardín de la universidad, había un hermoso atardecer ese día, me miraste con tus hermosos ojos carmesí tan brillantes como siempre, como si me suplicaras que te diera permiso para tomarme de la mano, idiota, nunca hubo necesidad de pedir permiso, solo hazlo, sostuve tu mano y caminamos hasta la parada del autobús donde te despediste de mi con una gran sonrisa, así me gusta verte, tan hermoso y feliz como siempre lo haz sido.

¿Recuerdas nuestro primer beso? Dios, fue tan vergonzoso, ¿quién besa a alguien frente a toda la clase?, pero mentiría si dijera que no me gustó que lo hicieras, siempre marcando tu lugar, tan celoso.

Siempre me pediste la historia de como me enamoré de ti, bueno, pues me gustaría contártela.

Cierto día de mi segundo semestre en la universidad vi pasar a un montón de cabellos rojizos corriendo por todo el pasillo, decías que ibas tarde a tu clase, no les tomé importancia ya que nunca había visto ese montón de cabellos rojos.

Al llegar al aula me di cuenta de que eras tú, el idiota que llegaba tarde siempre, te sentabas junto a mí, ya que era el único espacio libre en toda la clase, muchos decían que no ibas a durar ni dos días al lado mio ya que como sabes, soy una persona bastante malhumorada pero por alguna razón me sentí tranquilo contigo, no me tuviste miedo, al contrario, hablaste conmigo como si fuera cualquier persona y a pesar de que te contestaba de mala manera, siempre me respondias con una sonrisa, amé eso de ti, que nunca me tuvieras miedo.

Comenzamos a ser amigos, mis sentimientos comenzaron a surgir cuando comencé a ir a tus partidos, una vez, me dedicaste un gol, verte tan feliz y a la primera persona que buscaras al anotar es a mi, hizo que comenzara a sentir mariposas en el estómago cada que te veía, con el tiempo tu sonrisa me hipnotizada, tu voz me daba paz y sentir tu brazo alrededor de mi cuello para agarrarme los hombros me brindaban protección, aunque no la necesitara, me gustaba sentirme protegido por ti.

Un día no lo soporté más y te confesé mis sentimientos, sinceramente iba preparado para que me rechazaras, pero me dijiste que era muy masculino de mi parte confesarme y después... te confesaste tu también, ese fue el día más feliz de toda mi vida.

Gracias por darme todo tu amor, Eijiro, me gustaría que me recordaras como siempre fui contigo a solas, dentro de las cuatro paredes de tu habitación, donde nos amábamos sin límites, recuerda mi sonrisa, solo tú tuviste mis sonrisas más sinceras, recuerda mis abrazos, esos que siempre te daba cuando estabas a punto de dormir.

Te espero en la otra vida, amor mío, perdón por romperte el corazón.

Y recuerda, "mi alma siempre estará contigo"

Siempre tuyo, Bakugo Katsuki.

Eijiro a los pocos días también se quitó la vida, cuando sintió que le faltaba el aire apareció en un pequeño lago en medio del bosque con un cielo estrellado, miró asombrado el paisaje, sentía sus pies mojados y fríos por el agua, a la otra orilla del lago apareció Katsuki gritando su nombre, Eijiro no podía creerlo por fin estarían juntos de nuevo, corrió a abrazarlo, fundiéndose en un beso, lo había extrañado tanto, más bien, se habían extrañado tanto.

-Ahora no podrás librarte de mi, Suki- le sonrió mostrando sus dientes.

-Te dije que quería que vivieras feliz, idiota- le contestó enojado

-Mi única felicidad eres tú, Blasty, te amo- volvió a besarle.

-Te amo más, Ei.

Carta De Una Muerte AnunciadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora