Capitulo 1 Entre el Sueño y la Realidad

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Era una época, difícil, no podría llamarse trágica, pues la única tragedia era la inestabilidad financiera y el desorden social predominante, era trágica para algunos, a quienes les costaba aceptar las limitaciones que el desabastecimiento causaba, pero para otros eran tiempos buenos, pues gozaban de las mieles que la corrupción del momento. Unos pensaban en construir una vida enmarcada en lo que estaba a la mano, conformándose con el presente y las circunstancias, otros soñaban con un lugar mejor en el que pudiesen desarrollar alguna actividad que los sacara de la rutinaria y aburrida vida que llevaban, haciendo planes que algunos jamás concretarían, porque seguirían viviendo esa vida, aun cuando así no lo quisieran. Los más osados, esos sí que se arriesgarían a ir en la búsqueda de un mejor porvenir, a esos habría que gritarles una hurra por ellos, pues soñar es muy bueno, pero mejor es accionar esos sueños, eso es lo que hace la vida digna de vivirla.

En otro contexto,

- Tras varias horas de andar caminando por el campo con sus bicicletas al lado, las tres jóvenes detienen sus bicicletas para tomar un descanso, han dejado sus monturas recostadas a un frondoso roble que con sus ramas da una agradable sombra, por otra parte, el murmullo de un riachuelo cercano era también como una melodía hipnótica que invitaba a tomar un descanso. Gaby, la chica más joven de las tres, echa un vistazo al horizonte y suspira profundamente, era un paisaje encantador con verde hierba y flores silvestres que llenaban la campiña.

- Tres días dice Gabriela, la segunda en edad de las tres, mientras se tendían sobre la fresca y suave hierba a la sombra de otro roble, faltan tres días para regresarnos a casa. No me importa si tengo noticias o no de mi familia, lo que me provoca cierta tristeza es que voy a tener que volver a mi triste realidad.

- Lily ya había cumplido los dieciocho años, pero en su rostro candoroso, en el que un ligero mechón de su rubio cabello que le caía en la frente, le dibujaba una cierta ternura e inocencia propia de la juventud, aunque dicha inocencia ya no era tal, pues en su haber ya había tenido algunos romances con algunos chicos de su colegio, esto no la hacía una perdida, pero tampoco una inocente paloma.

- No te quejes Gaby, replico, Carmen la más adulta de las tres, hemos pasado unos días maravillosos, pero la felicidad no es eterna y tenemos que enfrentar nuestra realidad y asumir nuestras responsabilidades.

- Te entiendo Gaby, dice Lily, pero como dice Carmen la realidad es la realidad.

- Gabriela, la primera en hablar es una chica de mediana estatura con unas caderas que a cualquiera llamaban la atención y una cintura de talle, pero en su rostro tenía un lunar algo vistoso, si no fuera por ese lunar se podría decir que era una mujer realmente hermosa, bueno las tres lo eran, pero cada una con sus especificaciones. Aunque algunos pensaban que era justamente ese lunar lo que la hacía más tentadora. Pues por cuerpo no se podía quejar, eso se lo debía a su vida muy activa y trabajadora que la mantenía en muy buena forma.

- ¿Cuántas veces te voy a decir que no me llames Gaby? El rostro de Gabriela mostraba cierta molestia, con la mirada fija en las dos chicas que la acompañaban.

- Cuando se enteren que regresamos a casa, estaremos fregadas. Todo el mundo querrá decirnos que hacer, a donde ir, en fin, todo lo que hemos planificado hacer por nuestra cuenta se vendrá abajo.

- Especialmente mamá, replicó Lily

- Así es, y no sabes cuánto lo siento, repuso Carmen.

- Lily mientras tanto seguía contemplando el cielo como si lo que decía Gabriela, no tuviera nada que ver con ella, ni la afectase en absoluto.

- Pero, aunque no sea muy buena idea volver a casa, porque nos vamos a encontrar con gente que no nos agrade mucho, igual debemos hacerlo.

- Después de todo eso no es tan malo, dijo sonriendo Lily, mientras seguía recostada en la hierba con la mirada perdida en el infinito cielo.

Más allá de la penaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora