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Es algo irónico el saber que tu supuesto padre tiene otra familia, y no se que sentir sé que no tendría que sentirme mal pues yo jamás estuve con él y siendo sincera no sé si realmente lo considero mi padre pero siento un sabor amargo al saber que mato a mi madre y realmente ni le importo y hizo una vida con alguien más que ni mi madre y ni yo le importamos realmente.

Espera tengo una idea, Ethan no sabe quien soy ni que somos hermanastros así que le sacaré información a él.

-A sí?, y hay más herederos al trono?- pregunté como un semblante coqueto.

-No, solo yo, soy el único hijo de mi padre y el único que necesita- dijo con arrogancia

-Oh ya veo y tú madre?- me acerque un poco más a él.

-A que vienen esas preguntas, quién eres y de donde eres?- me miro fijamente.

-Soy Eirá y soy una simple humana- dije sin ninguna preocupación levantando levemente mis hombros.

-Y que hace una humana aquí?-

-Donde es exactamente aquí?-

-Ja eres muy tierna, al punto de darme náuseas, pero estás en ningún lugar así es cuando un demonio quiere hablar con alguien o como en este caso una humana invoca a alguien se hace este especié de cuarto negro.

-Ye veo, pues solo quería probar si era verdad eso de invocar y todo esas tonterías-

-Pues ya viste que es real así que regresa no me hagas perder mi tiempo-

-Aún no me quiero ir vete tú si quieres- dije mirándolo fijamente

-No puedo tonta, como tú me invocaste no puedo irme hasta que tú cierres este cuarto- dijo viéndome mal

Se acosto en el suelo mirando a la nada pues era lo único que había en ese cuarto nada solo oscuridad, así que decidí entrar en acción "Operación seducción" como me enseñó Melissa.

Si lo sé es absurdo, y yo no soy la mejor en estas cosas pero algo si lo hace fácil pues es apuesto es alto mucho más alto que yo su pelo es negro como la noche su piel era pálida y fina su cuerpo también no era la excepción parecía que se ejercitaba y supongo que si lo hacía por qué tenía muy buena forma pero lo mejor lo mejor eran sus ojos eran de un azul claro  hermoso los miraba y era como si mirara el mismísimo cielo se que la referencia  es rara pues es un demonio pero era la verdad.

-Y cuantos años tienes?- me acoste alado de el

*Si lo sé no sirvo para ligar me doy pena ajena*

-No te acerques a mi, ten respeto a tu príncipe- dijo con arrogancia

-Tu no eres mi príncipe, yo no soy de aquí pues soy una humana- dije acercándome más a él

-Aun así no me gusta que se acerquen a mi- dijo con un semblante enojado

-Por qué?- me subí arriba de él sentándome en su regazo

-Oye que te pasa!- trato de quitarme pero me agarré de su cuello

-Nada no me pasa nada, solo que me gustan muchos tus ojos- me acerque más a él al punto de sentir su respiración él era mucho más fuerte que yo y cuando trataba de quitarme llegaba al punto de lastimarme pero me resistía lo más que podía

-Tus ojos son como una mañana radiante, como una brisa en la mañana, son como ese frío de invierno que a la vez odian y a la vez aman, no llegan a ser tan oscuros como el mar ni tan claros como la nieve pero si llegan a ser perfectos como el cielo o como un río de agua cristalina lleno de vida así miro tus ojos llenos de vida de felicidad y llenos de buenas acciones por realizar pero con tristeza a la vez  con miedo con prejuicios pero con una capa ligera llena de arrogancia de enojo de lascivia que ocultan lo demás. 

El infierno no es un lugar tan malo? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora