Reto de Love Live!

8. Parque

"Regreso en media hora." Dijo a secas Shioriko en la puerta de su casa esperando alguna respuesta de su hermana, "¡Esta bien! ¡Si puedes tráeme algo!"

"Okay." Respondió nuevamente a secas, abriendo la puerta y cerrándola detrás de ella.

Antes de empezar su corto recorrido, sacó su celular y sus audífonos, conectándolos en el pequeño dispositivo para luego ponerlos en sus oídos, puso play a la música y empezó a caminar.

Guardo su celular después de ver la hora, 4:24, debía llegar más tardar a las 5 de la tarde, no había prisa, solo iba a dar un corto recorrido.

Era un feriado, más específico Sábado, en dos días iba tener un ensayo con el club, y ella quería que llegara ese día por una persona específica.

Mientras caminaba recordaba como se conocieron, de una manera muy peculiar si se podría decir de esa forma, y todos los momentos que ambas pasaron, cuando fueron a aquella exhibición de arte, a ese único mercado de artesanías, y la vez en donde se enfermó, teniendo a Ayumu como la primera en preocuparse y dejarse consentir por la mayor.

Estos recuerdos que vinieron de repente a su mente hizo que se notara un rubor en su rostro, no tan llamativo para captar la atención de todos pero esto avergonzaba a la presidenta del consejo estudiantil.

No quería admitirlo pero, quería que de alguna forma, se encontrara con Ayumu, pero...

"Eso es imposible, ¿No?" Se dijo así misma sentándose en el frío pasto de aquel parque.

"Es imposible que ella esté aquí." Siguió escuchando música, cantando al ritmo de la canción, "Kitto Kitto ne, tsuyoku naru kara ne..."

"Tsutaeyou takusan no arigatou-" Fue interrumpida al escuchar una voz muy conocida para ella, se levantó rápidamente de donde estaba y se escondió detrás del árbol que estaba cerca, se quitó los audífonos que llevaba puesta para escuchar mejor.

"Yuu-chan, ¿Segura que deberíamos ir?"

Era la voz de Ayumu, de esa Ayumu.

Shioriko no quería seguir espiando, pero tenía mucha curiosidad y no podía hacer nada por ello, "¡Claro que yes Uehara!" Responde su mejor amiga caminando al lado de Ayumu, "Hoy la visitarás y le dirás lo que deberías decirle hace tiempo."

"¿Q-Qué?" Responde Ayumu un poco... ¿Ruborizada? ¿Porqué ella estaba así? "¡H-Hoy no puedo! No creo poder hacerlo..."

"¡Claro que podrás! Confía en ti Ayumu." Shioriko ahora tenía más dudas, ¿A quien visitaría Ayumu? ¿Qué le dirá y porque está sonrojada? Tantas preguntas pero pocas respuestas.

La menor al notar que se estaban alejando, intentó seguirlas. Grave error, pisando mal terminó cayéndose encima del césped, "¡Ouch!" Gritó, pero rápidamente se tapó la boca, sacó los audífonos de su bolsillo e hizo como si estuviera escuchando música.

Ayumu y Yuu al notar esto, se voltean pensando que habían escuchando una voz conocida, "¿Shioriko-chan?" Pregunta inocentemente Ayumu acercándose más al lugar.

"Mierda." Suelta de repente la menor escuchando su nombre, inhaló y exhalo pensando que ellas se irían, pero no fue así.

"¡Shioriko-chan!" Escuchó de nuevo su nombre, esta vez más cerca que antes.

"Oh mierda." Vuelve a decir quitándose los audífonos y volteando a ver a las chicas.

"¿Dijiste al-"

"H-Hola Ayumu-san, Yuu-san." Respondió con toda la formalidad posible, cuando hizo esto Yuu soltó unas risitas para luego responder, "¡Hola Shioriko-chan! ¿Qué haces aquí?"

"Fui a descansar un poco, a despejarme de todo el trabajo que debo hacer la próxima semana." Respondió intentando sonar lo más seria posible, y lo estaba logrando... a medias. "¿Qué hacen ustedes aquí?"

"Ayumu-chan iba a visitarte, yo la acompañé," Respondió Yuu empujando a su amiga para que esté cerca de la menor, "Y como ahora estás aquí... debo irme."

Yuu agarró fuertemente su cartera y se alejó un poco, "¡Nos vemos! ¡Suerte Ayumu!" Gritó para luego salir corriendo de ahí.

"¡Yuu-chan espera!" Gritó la pelirosa pero ya era tarde, Yuu se había alejado mucho para escuchar a su vecina, suspirando se volteó para ver a la menor, "Perdón por aparecer de la nada, espero no molestarte."

"N-No hay problema, solo estaba escuchando música." Responde ruborizada Shioriko al darse cuenta que solo estaban las dos.

"Ooh~ ¿Qué canción?"

"Awakening Prom-" Ayumu Escucha esto y se sonroja sabiendo que esa era una de sus canciones, "Q-Quiero decir..."

"Me parece bien que escuches algunas de mis canciones Shioriko-chan." Responde intentando sonar tranquila, cosa que no lo estaba. "Yo a veces también escuchó algunas tuyas, ¡Son increíbles!"

"No creo eso..." Shioriko le dice rascándose la nuca, "Solo son canciones normales y ya."

Ayumu quería decir lo mucho que le gustaban las canciones de la menor, pero decidió guardárselo y quedar en silencio, provocando que ambas no hablen por un rato.

"B-Bueno..." habla la menor, "Creo que ya debo irme, me están esperando." Se levanta y guarda su celular.

"¡E-Espera!" Ayumu la detiene sosteniendo su mano, haciendo que Shioriko voltease a verla, "Y-Yo... quiero decirte algo."

"¿Qué cosa?" Pregunta Shioriko intentando ocultar la curiosidad que la estaba matando por dentro.

"E-Eh..." Ayumu inhala y exhala, "Yo quería decirte..." La pelirosa sabía que debía hacerlo, pero no sabía exactamente como lo haría.

Recordó aquel consejo que su amiga le había dicho, sabía que era ahora o nunca.

"T-Tu..." Pausó, volvió a respirar hondo y continuó hablando, "Shioriko-chan, t-tú... me gustas."

Se podría decir que Shioriko se había quedado inmóvil luego de escuchar aquella declaración por parte de la mayor.

"Y-Y... sé que posiblemente yo no te guste..." La menor podía notar que la voz de Ayumu estaba quebrándose. "Solo quería decírtelo-"

Shioriko, acercándose a Ayumu, deposita un beso en su mejilla, "Tu también me gustas Ayumu-san." Sonriendo hacia la mayor se aleja un poco de ella.

Pero, luego de hacer esto, Shioriko se sonroja hasta los oídos percatándose de lo que había hecho, "¡P-Perdón! ¡N-No quise hacer eso!"

"D-Debo irme, ¡Adiós!" Dice para luego salir corriendo de ese lugar aún más sonrojada que antes, pero por dentro era la persona más feliz del mundo.

Ayumu simplemente había perdido el control de su cuerpo, siguió parada en ese lugar y luego fue caminando hacia su casa.

Fue una tarde muy agotadora.