ᴄᴜᴀɴᴅᴏ ᴇʟ ᴄɪᴇʟᴏ sᴇ ᴀsɪᴇɴᴛᴇ ʏ sɪɢᴏ ᴀǫᴜɪ́ |ʷᵃⁿᵍˣⁱᵃⁿ✅

O3

Viajan juntos. Comen juntos. Duermen juntos. Wei Ying está bastante seguro de que el olor de Lan Zhan está empezando a adherirse a él, después de todo el tiempo que han pasado tan cerca el uno del otro. Solo han pasado cuatro días, pero sin poder lavarse, eso es más que suficiente para que las poderosas feromonas de Lan Zhan se hundan en su piel.

Y Lan Zhan sabe lo que está haciendo: Wei Ying lo supo el primer día que se conocieron, pero en realidad no lo supo hasta que los llevó por una ruta indirecta y le mostró a Wei Ying un estanque. Un estanque limpio, con agua moviéndose lo suficientemente rápido como para que las cenizas no puedan enterrarla, pero no lo suficientemente rápido como para llevárselo.

—¿Cómo encontraste esto?— Wei Ying respira, mientras observa la vista. Sobresaliendo de debajo de toda la suciedad, puede ver destellos de rocas que bordean el borde. ¿Solía ​​ser el estanque del jardín de alguien, tal vez? Tal vez el meteoro cambió las cosas lo suficiente como para despertar un manantial natural cercano. O tal vez estuvo aquí todo el tiempo. Wei Ying ya no sabe cómo funciona la naturaleza.

—Pasé algunos meses explorando esta área—, dice Lan Zhan. Corto y dulce, como siempre. Un día, Wei Ying conseguirá que diga una frase continua completa y luego morirá feliz.

—Ohh, bueno, ¡bien! ¿Es seguro beber?

—Sí. Más importante aún, es seguro entrar.

—Ahhh, ya veo; ¿Estás diciendo que apesto?— Wei Ying bromea, dándole un codazo a Lan Zhan en el costado.

La cosa es que él sabe que apesta. Es una parte inevitable de la vida post-apocalíptica. Por mucho que intente mantenerse limpio, no hay mucho que pueda hacer. Tampoco vale la pena tratar de limpiar su ropa cuando hace tanto frío: no se secan al aire lo suficientemente rápido, por lo que lo dejan desnudo o temblando con la ropa húmeda. A pesar de que Wei Ying tiene un pedernal, encontrar los recursos para mantener un fuego encendido no es fácil, por lo que tampoco es frecuente que pueda hacerlo de esa manera.

¡Pero! ¡Lan Zhan parece tener un radar de encendido integrado en su cerebro! Puede encontrar ramitas, o libros viejos que de alguna manera sobrevivieron, en los lugares más extraños. Y además de eso, dentro de esa increíble mochila suya, ¡tiene una caja de metal llena de carbón! Sería un infierno de un buen padre.

En lugar de responder, Lan Zhan mete la mano en su bolso y saca un nuevo contenedor, uno que Wei Ying no había visto antes. Intrigado, se acerca más, esperando en ascuas mientras Lan Zhan quita la tapa. Dentro de la caja hay algo que Wei Ying no ha visto en mucho tiempo.

—¿Tienes jabón?— dice, asombrado, —¡incluso está perfumado! Dios mío, ¿qué es eso, sándalo? ¿Tienes jabón de sándalo?

—Si. Siéntete libre de hacer uso de él.

—¡Lo hare!— Wei Ying dice, ya quitándose los jeans y la chaqueta.

—Mn. Encenderé un fuego mientras te bañas.

—¡Bien!— Wei Ying dice, ya en ropa interior ahora, —Dios, ¿has estado usando eso a escondidas todo el tiempo? ¿Por qué esperar hasta ahora para compartir? He estado usando un desinfectante de manos aguado y de mierda.

Es un milagro que Lan Zhan lo haya aguantado durante cuatro noches enteras. Wei Ying no está seguro de haberlo hecho; Lan Zhan simplemente está construido diferente. Es un buen hombre, y no quedan muchos de esos. Tal vez ninguno en absoluto, además de Lan Zhan.

Wei Ying emite un sonido de escalofríos cuando sumerge los dedos de los pies en el agua. Hace frío, pero sabía que lo sería. Lo sufrirá durante cinco minutos de lavado con agua fría, siempre y cuando Lan Zhan esté esperando con ese fuego después. Tal vez incluso le preste su saco de dormir, para que pueda lavar su ropa de verdad.