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Tu mente estaba confusa y el ritmo acelerado combinado con el alcohol no le hacía mejor.

Ken te tomo fuertemente de la cintura y te tiró de espalda a la cama, se hizo camino entre tus piernas y en un segundo arranco tu vestido dejandote en bagras las cuales no tardo en desaparecer.

Su mirada lujuriosa recorrió tu cuerpo provocando un cosquilleo en tu vientre y sin dejar de observarte se quitó sus saco y camisa tomo tus muñecas para colocarlas arriba de tu cabeza luego con su corbata las ato y amarró al respaldar de la cama. Se levantó y tú vista fue bendecida con su trabajado abdomen y esa cicatriz que lo hacía ver realmente exitante a los ojos de cualquiera.

Volvió a subirse en ti y te beso, un beso al cual no pudiste corresponder debido a lo feroz de este, bajo sus besos a tu cuello y mandíbula dejando notables marcas y mordidas las cuales dejan en claro que esta noche fuiste de él. Sus manos subieron lentamente por tus caderas toqueteando todo en su camino, sus suspiros hacían entender que lo estaba disfrutando y siguió subiendo hasta llegar a tus senos los cuales apretó con fuerza, sus uñas rasguñaban tus pezones provocando gemidos de tu parte.

Sentías su miembro erecto y palpitante contra tus muslos, envolvió tus piernas en su cintura y frotó la cabeza de su pene en tu clítoris. Te beso una última vez antes de sumergirse de una sola estocada entre tus paredes vaginales las cuales le hacían paso a su gran pene a medida que se profundizaba tus ojos se llenaron de lágrimas al sentir un fuerte dolor en tu zona baja pero el hombre que estaba encima de ti no tenía pensado brindar ni una sola pizca de compasión, su enojo era más fuerte y el alcohol lo tenía completamente cegado, sus embestidas se intensificarón y la profundidad y fuerza con que lo hacía era más de lo que podías soportar, uno, dos orgasmos seguidos tuviste antes de que él se viniera.

Sacó su pene, soltó el amarre del respaldar de la cama pero no el de tus muñecas, en parpadear te encontrabas encima de él, quería que lo montarás.

Con poca fuerza debido al agotamiento después de dos orgasmos seguidos lo hiciste pero eso no era suficiente para el, tomo ferozmente tus caderas haciéndote rebotar en su miembro hasta que toco tu punto g haciéndote gemir más alto que las veces anteriores, eso lo hizo emocionarse y una, dos, tres, cuatro, cinco saltos más y finalmente lleno de su espeso y caliente semen tu cavidad, caíste rendida en su pecho y el soltó finalmente tus muñecas, estás tenían unas rojizas marcas. Te acostó a un lado de él y se dispuso a descansar.

| Antes de todo esto |

DRAKEN:

Emma llevaba días con un comportamiento asustadizo y nervioso cuando le hablaba así que coloque cámara de seguridad un día que salió a uno de sus chequeos, pensé que algo le atormentaba o quizás ocurría algo que le asustara cuando yo no estaba en casa. Luego de aproximadamente 1 semana revise las grabaciones y valla, no era lo que me esperaba.

𝘗𝘦𝘳𝘥𝘪𝘤𝘪𝘰́𝘯 𝘺 𝘭𝘶𝘫𝘶𝘳𝘪𝘢 | 𝙆𝙚𝙣 𝙍𝙮𝙪𝙜𝙪𝙟𝙞 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora